Carta a mi Unica Abuela
Pero esta carta no va solo para agradecerte, sino también para pedirte perdón, no estuve contigo durante tus años más difíciles, cuando la enfermedad te arrebato la humanidad del cuerpo y por fin cruzaste el umbral, supongo que también fue una especie de fortuna no verte en ese estado y recordarte siempre como la mujer fuerte dedicada a su casa y a su familia, aun así, me hubiera gustado estar contigo, recuerdo cuando nos dejaban solas, y me pedias que por favor no te llevara a la terapia a la que te obligaban a ir, sabía que debías hacerlo y también sabía que era por tu bien, pero si yo no permitía tus caprichos ¿quién se iba a atrever a hacerlo?, esos días nos quedábamos en casa, cuidando las plantas, como te gustaban las plantas Eugenia, y de pequeña siempre me hacías introducirme en jardines ajenos para traerte partes de las mismas que pudieras cultivar, fuiste una gran abuela, me arriesgaría a apostar que fuiste la mejor, por eso no merecías mi ausencia en tus años más duros, la situación de Venezuela hizo que muchas familias se separaran y lamentablemente fue nuestro caso, fuiste la única persona de la que me despedí, y la única que hasta ahora no podré volver a ver, eso está bien abuela, ambas lo supimos en aquel momento, esa era mi abuela, siempre con el corazón en la mano y dándole guerra al cuerpo.
Siento que la manera en que te fuiste no fue justa, pero tampoco puedo reclamarle al universo, si fue el responsable de ponerme en tus manos. Hoy te digo que mientras viva, vivirás conmigo, te veo en todas las abuelas que juegan con sus nietos, en las plantas, en las iglesias y en las manías que va acumulando mi madre con la vejez.
Gracias, si leíste esto hasta el final, es bastante personal y emotivo para mí, y me encantaría leer algún recuerdo o vivencia de sus abuelas.