Factores que incrementan las ganas de emigrar de Venezuela. Parte I (Inseguridad)

Una de las primeras razones que atenta contra cualquier esperanza o fortaleza que se pueda tener por querer salir adelante y perseverar trabajando duro y con mucho esfuerzo a pesarde lo difícil que este la situación, es la inseguridad, el miedo a perder la vida por motivos fútiles y de perder aquello que se ha ganado de manera honesta, bienes y servicios.

De acuerdo al Observatorio Venezolano de Violencia una organización no gubernamental, en el año 2016 hubo 28.500 muertes violentas atribuidas al uso deliberado de armas de fuego por criminales, uso de armas de policías y militares y enfrentamientos por desabastecimiento de alimentos y medicinas.

Homicidios, secuestros, robo y hurto, son delitos que se comenten en cualquier sitio y a cualquier hora del día.

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Los robos armados son comunes en áreas urbanas y turísticas en toda Venezuela, incluso sitios que antes se presumían seguros y concurridos por turistas. Los crímenes que se cometen en su mayoría, son económicos, estafas y robos armados (y no armados, a mordiscos, golpes, arrancones, etc.) De día o de noche, no hay preferencia por alguna hora del día. Los delincuentes andan armados con cuchillos, navajas y/o pistolas y revólveres y suelen atacar a matar a sus víctimas. Son atraídos por joyas de todo tipo, zapatos y ropa de marca, hasta aquella que no es de marca pero vistosa, aparatos electrónicos como celulares, computadoras, reproductores, por lo general costosos atraen mucho la atención de los delincuentes, mejor conocidos como malandros.

http://www.el-nacional.com/noticias/sucesos/una-vez-que-extorsionan-pagas-matan_50743
Una vez que te extorsionan si no pagas, te matan. EL UNIVERSAL

Cuando alguien es turista, y a todos aquellos que desean evitar un mal rato, se les recomienda dejar joyas, relojes y demás cosas en casa. Es común que los robos ocurran en grupo y suelen agarrar a las víctimas por el cuello, como para estrangular y de esta manera inmovilizar a sus víctimas, esto ocurren en lugares muy poblados o concurridos donde puede estar o no la policía.

Casilleros y depósitos son un problema, en hoteles, agencias de envíos u otros sitios, es común que sean forzados y las cosas guardadas sean hurtadas. El dejar bienes u objetos desatendidos o a la vista es peligroso y atrae a delincuentes, en especial en la playa y al dejar estacionados carros en lugares públicos o concurridos. Tener la maleta del carro con candados no es garantía de que no la fuercen, roben las baterías, cauchos u otros objetos.

Los delincuentes dedicados al hurto, carteristas, se concentran en sitios concurridos y el transporte público, en especial buses, (camioneticas) y el metro (en especial el metro de Caracas), donde trabajan en grupos. En las camionetas donde entran dos sujetos, uno adelante y otro atrás y bajo amenaza de muerte roban al conductor y los pasajeros con armas. En el metro, se dedican a robar teléfonos celulares y carteras aprovechando el arrinconamiento de la gente, se valen de suéteres, chaquetas, bolsas y otras cosas para taparse las manos. Otra modalidad bastante común es el hurto o robo en las escaleras del metro, donde los delincuentes acorralan a la víctima o la empujan mientras sube o baja las escaleras. Uno no debe mostrar dinero u objetos de valor en estos sitios. Además muchos de los malandros suelen andar bien vestidos con el propósito de confundirse fácilmente, ocultarse, disfrazarse y huir.

Otro delito muy frecuente es el secuestro, en especial, la modalidad, secuestro exprés, donde las víctimas son retenidas y maltratadas para obtener rápidamente dinero a cambio de su liberación. Una práctica común es seguir a las víctimas hasta los estacionamientos de edificaciones o viviendas donde residen y secuestrarlos a punta de pistola. La mayoría de los secuestros ocurren al viajar en carro pero también desde hogares, hoteles, taxis piratas o el aeropuerto. Otras prácticas comunes incluyen, el “secuestro virtual” donde se presume haber secuestrado a alguien y mediante llamadas telefónicas amenazar y pedir dinero a las víctimas; “el secuestro interno”, en familias adineradas donde a familiares, amigos o personal de limpieza le son pagadas altas cantidades de dinero para suministrar información importante para secuestrar niños y menores de edad y pedir pago por su liberación.