¿Cómo aumentar nuestra capacidad de amor verdadero?
Tomando las fortalezas del amor y ejercitándolas deliberadamente. Todos vivimos relacionados, de modo que tenemos amplias oportunidades, todos los días, de practicar al amor verdadero.
Cerremos los ojos para enfocarnos en sentirnos y aceptarnos a nosotros mismos tal y como estamos ahora mismo. Sin reproches, sin expectativas. Permaneciendo atentos a nuestra respiración, al palpitar del corazón, a las sensaciones en el cuerpo, aceptando todo tal y como es, en este momento.
Así, nos ponemos en contacto con el fluir natural de la vida que trae consigo amor natural, pleno, y poco a poco ese amor irá llenando nuestras carencias personales. Nos vamos aceptando a nosotros mismos tal y como somos en este momento, resultado de todos nuestros pensamientos y acciones, negativas y positivas. Perdonando y valorando nuestra capacidad de trascender, de ser más conscientes, más creativos, más diligentes –como de hecho estamos siendo ahora mismo. Nos regocijamos en nosotros mismos, en ser auto conscientes, y capaces de desarrollar amor”.
Pensamos que esta persona, ella igual que nosotros, es un ser humano, desea ser feliz, tiene cualidades y defectos. Aceptamos su existencia como ser humano y dejamos a un lado los reproches para dejar fluir hacia ella nuestro amor, deseándole lo mejor. Así nos volvemos más comprensivos con las personas que nos resultan difíciles.
Después de unos minutos manteniendo en nuestra mente a una persona difícil, nos ubicamos en un circulo con las otras dos personas: nosotros, a nuestra izquierda la persona amiga, al frente la persona neutra y a la derecha la persona difícil. En este círculo equilibramos el compartir hacia todos sin parcialidad. El amor fluye en todas direcciones igualmente, con aprecio por todos.
Que todos encuentren en si mismos la paz y el bienestar de la profunda aceptación, de la autoestima. A partir de este círculo de amor, abrimos el corazón para irradiar amor en todas direcciones, hacia todos los seres: familiares, amigos, conocidos y desconocidos, cercanos y lejanos, humanos y no humanos –animales grandes y pequeños, y cualquier ser vivo que creamos existe.
En este ejercicio desarrollamos todas las fortalezas del amor: amplitud, fluidez sin obstrucción, ecuanimidad y sabiduría, y deleite en la belleza de la virtud. La esencia de esta práctica se puede resumir en pocas palabras: Aceptación incondicional, Interés en el bienestar de todos y Regocijo en la virtud.
> Fuente de texto de mi autoría. Proyecto Educativo: Previniendo la Adicción con Mente, Corazón y Cuerpo.
> Referencias: https://tricycle.org/magazine/cultivating-compassion/
Excelente tu texto , hay que dejar la rabia y la intolerancia y eso no quiere decir que no seamos críticos, saludos
esto esta excelente :O me encanto me da calma.