Y así comienza o termina todo. Hala, a completar la historia en nuestra cabeza de mil maneras diferentes.
Quid pro quo, Clarice, quid... ¡Uf! Perdona, creo que me contagié por aquí abajo. Mejor voy a tomarme una píldora de esas que me dan. A ver si se me va. Con un poco de azúcar, para que pase mejor.
O con un buen chianti. Contemplando el belvedere de Florencia.