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RE: Las temibles mujeres promiscuas: Un vistazo a las contradicciones sociales
Siendo responsables, todos tenemos derecho a vivir nuestra sexualidad como nos plazca y sin distinción. El limitarnos en algún punto el sentir nuestro placer en un caso donde no existe un riesgo es ridículo, especialmente si la norma solo aplica a un genero.