La energía oscura del cerebro.

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La energía oscura del cerebro.

¡Hola, steemians! Un saludo enorme.  En esta oportunidad, les traigo un post relacionado a un tema que lleva un tiempo atrapando mi atención. 

Cuando hablamos de ciencia, tenemos tendencia a creer que todo lo que lo sustenta deriva de la tecnología, química o física; sin embargo, no es así, ella engloba un todo y su percepción debe ser trabajada de manera genérica. En mi caso, después de una amplia investigación que he venido realizando, estaré publicando sobre la inferencia de la ciencia en aspectos como el periodismo, el cerebro, el comportamiento humano y viceversa.

El día de hoy, les hablaré un poco sobre lo que es conocido como “la energía oscura del cerebro”.

Lejos de referirse a cualquier actitud intuitiva o a la opinión común, cuando el  ser humano se queda absorto en sus pensamientos, sin tener algo específico en su mente más que la visión completa de la nada;  apenas gasta un 5% menos de la energía que, usualmente, utiliza intentando resolver un problema matemático de alta dificultad. 

Haciendo una retrospectiva en el asunto, es importante resaltar que este órgano consume una media de un 20% del total que emplea el cuerpo diariamente y, ni hablar, de la cantidad de grasas y glucosa que requiere para su funcionamiento, la cual, derivada del pequeño porcentaje del peso neto que representa el cerebro en relación al cuerpo, figura un cálculo de 100 vatios en términos eléctricos; cifra sorprendente, tomando en cuenta que su uso no precisa ningún tipo de movimiento.

Ahora bien, cuando una persona se queda ensimismada sin ningún punto o foco determinado al que dirigir su atención, se cumple, de igual manera y casi con exactitud, lo mencionado en el párrafo anterior. Esto se debe a que el gasto energético del cerebro es constante, independientemente de la actividad que lleve a cabo. Efectivamente, las áreas activadas para realizar cada tarea son diferentes, pero su dispendio apenas varía.

No obstante, y como hecho más impresionante; cuando esto ocurre, grandes secciones de este órgano empiezan a expedir señales logrando que millones de neuronas trabajen en conjunto sin un fin en concreto. Este fenómeno ha sido llamado “Red Neuronal por Defecto (RND)” y no sucede, correspondiendo a otro dato curioso, cuando focalizamos nuestra atención o reflexionamos. Este comportamiento, compuesto por un patrón de señales eléctricas, ha sido llamado “energía oscura del cerebro”.

La RND se le atribuye a tres zonas concretas; la zona medial de los lóbulos temporal, parietal y prefrontal. Este proceso en el que no se delimita de forma exacta la actividad cerebral, no es fortuito y, bajo estudios recientes, forma parte de su desempeño normal. 

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En el pasado,  se creía que el cerebro aumentaba su potencia al trabajar cuando nos dedicamos a realizar algo específico; como armar un rompecabezas o responder un examen, sin embargo, se ha descubierto que en cualquier estado en el que se encuentre, sigue ordenando una onda masiva de impulsos eléctricos a las neuronas para hacerlas funcionar, la cual no presenta margen de variación relacionado al qué se está llevando a cabo. 

A su vez, en la antigüedad, se pensaba que esta conducta era solo ruido, es decir, que no pertenecía a ningún tipo de proceso y sucedía al azar. Pero, de igual manera, la ciencia apuntó al extremo contrario al revelar que estas señales se presentan de forma coordinada y bajo un mismo estándar, lo que nos indica que responde a una función propia del cerebro ejecutada, inclusive, cuando la mente solo divaga. 

Todas estas afirmaciones, hacen que muchos teóricos se cuestionen si el cerebro está diseñado para estar en este estado o no, y en caso de ser positiva la respuesta, entonces ¿para qué serviría todo este proceso? Si bien, sabemos cómo sucede y donde se localiza, su función es desconocida y pasa a ser una fase del cerebro que se sabe existe pero que no recibe influencia alguna de lo que compone su contexto.

Esta información puede dejarnos muchas inquietudes pero, para algunos y en mi caso, la principal sería… ¿Está el cerebro, entonces, diseñado para quedarse en blanco?

Son muchas las posibilidades y muchas más las dudas que podrían surgir de ellas; derivadas, quizás, del objetivo que pueda tener esta peculiar función. Por esta razón, es importante estar atentos a los avances que involucren al órgano más importante del ser humano, el cual, a su vez, ha sido el más difícil de estudiar.

¡Gracias por su atención!

Para la creación del contenido, pude apoyarme en las siguientes fuentes digitales:

https://psicologiaymente.net/neurociencias/red-neuronal-por-defecto-cerebro

http://www.quo.es/ser-humano/cuanta-energia-electrica-gasta-nuestro-cerebro

https://hipertextual.com/2016/01/misterio-energetico-del-cerebro/amp