Puertas y ventanas
¿Quién no ha estado enamorado? Quien no ha sentido que está volando en la nube más suave, que todo lo puede pero por alguna razón “el cosmos” (tu o tu pareja) no quiere que te mantengas en ese estado simplemente pinchan la nube con una aguja haciéndote caer en el vacío más infinito que puedas sentir, nos arrancamos o arrancan nuestra cabellera tal sansón. En la vida por cosas que podemos controlar (nuestros pensamientos y acciones) o lo que no podemos controlar(los pensamientos y acciones de los demás) una relación puede acabar. ¿Pero es realmente el fin? ¿Realmente no podremos seguir con nuestra vida normal? En nuestra mente surgen incógnitas que talvez no nos dejen dormir ¿Cómo pudo acabarse mi relación? ¿Fue mi culpa? ¿Esa otra persona con la que está la hace más feliz que yo? ¿Cómo me pudo o pude ser infiel? ¿Porque hice esto porque no hice aquello? Al mismo tiempo que emerge de nuestro ser la urgencia de hacer todo lo que esta y no está en nuestras manos para recuperar lo que creemos es “el sentido de nuestra vida”, pasamos el día pensando y diciéndole a la otra persona “Mi existencia no vale nada sin ti”, “Vivo por y para ti”, “lo eres todo para mí”, “eres lo más importante de mi vida”, “No sé qué voy a hacer sin ti”, “Si me faltaras, me mataría”, “Te idolatro”, “Te necesito”. Nos perdemos a nosotros mismos humillándonos y autodestruyéndonos hasta tocar fondo.
Pues nada de eso sirve más que para atormentarnos si la otra persona realmente no quiere estar con nosotros. La frase cuando se cierra una puerta ha de abrirse una ventana no es aplicable a todos los casos a veces cuando nos cierran una puerta es porque en realidad no nos quieren en esa casa, pero ¿qué es lo primero que hacemos? ¿intentar entrar en otra casa? ¡No! la otra frase de un clavo saca otro clavo tampoco nos ayuda. Solo haría que te aferres a esta nueva casa aún más, pues ya perdiste una ni loco vas a querer perder otra más. La verdad no se trata de rendirse o de que no te importe, de lo que se trata es de entender que en este mundo no podemos controlarlo todo y que humillarnos, emborracharnos y fumar como si tuviéramos un par de pulmones de repuesto no lograra que deje de dolernos pero entonces ¿qué hacemos? Soledad y tiempo. No me refiero a una soledad eterna, ni a que nos aislemos del mundo es más bien una soledad en lo que se refiere a estar con una nueva pareja tenemos que darnos un tiempo a nosotros mismos para asimilar lo que hicimos mal y bien, encontrarnos de nuevo a nosotros mismos y para organizar nuestra vida en una nueva casa. Pero nuestra casa una donde podamos cerrar y abrir nuestras propias puertas y ventanas cuando queramos.