¡Motivos para quejarme!
Esos días cuando todo parece salir mal. Sí, tal cual, cuando todo parece confabularse en tu contra para que nada salga bien.
Te levantas de la cama, comes de prisa y sales de casa. Al llegar a la parada de autobuses (porque andas sin vehículo) te das cuenta que la espera será intensa ¡Las paradas están llenas! ¡Llegarás tarde al trabajo!
Después de tanto sufrir para poder trasladarte logras llegar al colegio ¿Y qué te encuentras? Unos alumnos insoportables dispuestos a hacerte la vida imposible...
Hora de ir a casa ¡Eso piensas al salir! Hasta que recuerdas que vives en un país donde hay problemas con todo. Diez, veinte, cuarenta y cinco minutos y nada... ¡Qué cruel realidad! Lo que viene es un camión, la nueva modalidad de transporte en Venezuela...
¿Y qué hay del suplicio para comprar alimentos? Si la escasez es la reina y los sueldos poco alcanzan. Las marcas de preferencia parecen ya no existir, te tienes que conformar con lo que tenga el mercado...
Cuando al fin llegas a casa piensas que descansarás pero por más que lo intentes siempre te molestarán, al parecer el trabajo casi nunca ha de acabar...
¿Y qué hay de aquellos amigos que al extranjero se fueron? Con las horas invertidas ya no dejan ni dormir, no quisiera ser grosera pero ¿En serio? ¿Siempre hay algo que decir?
Esa pudiera ser yo todos los días de mi vida ¡Y es que si algo es sencillo en Venezuela es quejarse!
Perdón, en realidad debo corregir ¡Es que si algo es sencillo en esta vida es quejarse!
Recuerdo que hubo un tiempo de mi vida donde sin darme cuenta adopté la queja como parte de mi rutina.
Era muy sencillo expresar mi descontento y frustración por la situación injusta que afrontaba mi país. Era muy sencillo llegar a un supermercado y al ver los anaqueles casi vacíos decir a alguna persona con cierto tono sarcástico -¡Pero tenemos Patria jeje!- (El venezolano entiende muy bien la expresión).
Recuerdo que en aquél tiempo las bendiciones de mi vida ya casi no eran percibidas, de hecho, sin darme cuenta empecé a ver las bendiciones como maldiciones y casi todo era una desgracia. Y es que lamentablemente esas son las consecuencias de adoptar la queja como una forma de vida. De manera casi automática empezamos a ver el lado malo de las cosas y el bueno pasa desapercibido.
Un día mientras leía la Biblia me encontré con este versículo:
“Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús” (1Tesalonicenses 5:18) NTV.
¿Queeeé? ¿Es en serio? ¿Se puede ser agradecido frente a cualquier circunstancia?
Recuerdo que en un momento pensé – ¡No sé si se pueda! Al menos de corazón, pero eso es lo que quiere Dios para los que son de Cristo ¡Y yo pertenezco a Cristo!-. De alguna manera entendí que algo estaba haciendo mal, y efectivamente así era.
Cuando nos quejamos constantemente más que desahogarnos como solemos pensar, nos estamos perjudicando a nosotros mismos, ya que sin darnos cuenta la queja continua nos conduce al enfado, a la ira, a la amargura e incluso a la depresión , llevándonos a ser solo parte del problema y no de la solución.
¡Y es que existen situaciones que no podemos cambiar, y por más que nos quejemos no vamos a mejorar!
Para culminar la historia que les venía relatando es mi deseo comentarles que luego de muchas quejas, Dios me llevó a comprender una lección importante y es qué definitivamente “Se vive mejor la vida si somos agradecidos”, ya que así como el amor es la antítesis del odio, el agradecimiento es lo opuesto de la queja.
Alguna vez escuché que la vida es 10% circunstancia y 90% actitud, y efectivamente es así. Podemos ir por la vida mirando lo que nos falta, o podemos valorar todo aquello que tenemos. Bien podemos disgustarnos por tener que trabajar o simplemente alegrarnos por poseer un empleo.
De hecho estoy convencida, que en medio de toda crisis e incluso en el sufrimiento, encontraremos razones dignas de agradecimiento.
“Hay millones de motivos para quejarse y millones de motivos para no hacerlo. Optar por una opción o por la otra depende de ti” (Wayne Dyer)
Cuan a menudo olvidamos esto verdad? Yo misma reconozco que paso días en que me enrollo dentro de mi misma por algún problema, porque las cosas no me salen como quiero, luego recuerdo: ¡esta es la vida!, es una escuela. Nos derriba nos lastima, como decía Whitman en su poema. Nos toca ser acrisolados...(los cristianos sabemos de qué se trata) de allí saldrá lo que somos y si hay oro, brillará.
En nosotros esta no perder el norte.... ser agradecidos. Uno no puede estar agradecido y quejarse al mismo tiempo, como bien dices.
Me gusto mucho tu post... me hizo ver que debo reflexionar. Un fuerte abrazo @hele29.
Amiga @inspiracion es parte de la reflexión y de la lucha continua que llevamos cada día... Cuando la queja se quiere volver a instalar en mi vida, sigo el ejemplo de David, el cual dejó todas sus cargas en el lugar adecuado: "Delante de él expondré mi queja; Delante de él manifestaré mi angustia". (Salmo 142:2) y así, renueva mis fuerzas para avanzar con un corazón agradecido...
Un abrazo grande para ti =)
Muy buen post, me gustó mucho.
Me alegra que te haya gustado @madicakes gracias por tu visita!
¡Excelente reflexión, amiga! Creo que siempre hay que intentar ver el lado bueno de las cosas. Nos sirve más y nos llena de una mejor energía. Gracias por hacernos reflexionar.
Así es amiga, frente a cada circunstancia debemos hacer el intento... Gracias a ti por tu visita. Te envío un fuerte abrazo @keidorellana
Lindo post, amiga @hele69 . Si bien es cierto que la circunstancias adversas a veces nos hacen flaquear y caer en estados como la depresión y la queja, soy de las que piensa que, dentro de todo lo malo que nos ocurre, siempre hay algo bueno en tu vida para agradecer. Gracias por compartir tus palabras y tus sentimientos, un gran abrazo!.
Gracias a ti mi querida @marybellrg por tu apoyo y tu visita!
Un abrazo grande para ti también =)
Tu post es una invitación a transformar esos motivos de queja en pilares de gratitud. Un abrazo!
Abrazos para ti mi querida @zuni gracias por tu visita!
Buen post, me fui contigo por el camino de la queja y llegué al agradecimiento. Eso es cierto, lo malo es que se nos olvida. Saludos.
Es cierto @charjaim es una especie de lucha con la que vivimos, pero he aprendido que lo que más alimento al final prevalece... Gracias por tu visita y dejar tu apreciación!
Un gran abrazo para ti =)
Bello post amiga, excelente reflexión. Ante la queja el mejor argumento para vencerla es la gratitud hacia nuestro Señor, quien nos ha provisto de toda clase de bendiciones espirituales en Cristo Jesús.