La libertad de elección es uno de los maravillosos dones que posee el ser humano, pero no hemos entendido lo que realmente significa. Todos vivimos tomando elecciones diarias (me levanto o no, voy al trabajo o no, odio o amo, etc), pero pocos asumimos las consecuencias de dichas elecciones.
La libertad de elección es una moneda de dos caras, una cara representa el poder de decisión que cada uno tiene; y la otra cara representa, la responsabilidad para asumir con valentía las consecuencias de las decisiones tomadas, aún cuando sean resultados desfavorables y negativos.
Asumir le responsabilidad frente a los resultados, es decir, aprender a responder por lo que hacemos, es una señal, una evidencia de la madurez psicológica del ser humano. Y es el gran desafío de la libertad de elección.
La libertad de elección es una moneda de dos caras, una cara representa el poder de decisión que cada uno tiene; y la otra cara representa, la responsabilidad para asumir con valentía las consecuencias de las decisiones tomadas, aún cuando sean resultados desfavorables y negativos.
Asumir le responsabilidad frente a los resultados, es decir, aprender a responder por lo que hacemos, es una señal, una evidencia de la madurez psicológica del ser humano. Y es el gran desafío de la libertad de elección.