Y aunque suene un tanto contradictorio, en este post no quiero centrarme únicamente en la naturaleza como tal, sino también en el color verde. Pues para mí los colores son algo muy importante, pueden ser una manera de expresarme o sentir, y este junto al azul -al cuál también le dediqué una de mis publicaciones- es uno de mis favoritos. Ya que el amarillo grita, el azul llora, pero el verde tranquiliza, ambienta y enamora.

Para esta toma tuve que esperar a que esta polilla dejara de revolotear con sus alas, logrando que se pudiera apreciar como casi se fundía con la apariencia de este capullo sin florecer.

Acá se encuentran reinando las tonalidades verdes y un tanto saturadas, con guardianes alados que acompañan las flores, posando sobre el alargado, una hermosa silueta que aunque sea pequeña representa la grandeza de nuestro al rededor. Con ramificaciones que se alzan quizás para ser alabadas, llenas de colores y vitalidad, acaparando la vista como si fuesen lo único en el ambiente.

Estas son cosas que podemos encontrar diariamente, y es a lo que yo llamo 'la belleza en lo cotidiano' pues una flor fucsia puede no parecer gran cosa. Pero para mí es bastante, representa la gracia de la vida, llegando a mirar bien incluso puede hacerme feliz. Las ramas y las flores son totalmente asombrosas, para mí son arte

Algo que también siempre ha conseguido captar mis ojos, son las nubes. Me parecen tan sumamente preciosas, como oleos en el cielo que se tiñen de naranja, amarillo o blanco. Acompañando al azul que manda sobre lo alto.

Siento que estoy saltando de un lado hacia otro, sin tocar un punto en específico en esta publicación, pero eso es exactamente lo miso que hice el día que tomé estas fotografías, correr por todas partes buscando el verde más verde, encontrar las ramas más enredadas y las flores más vistosas. Como estas moradas, para poder capturarlas a través de la cámara tuve que caminar sobre un pastizal tan alto que ni siquiera me permitía observar mis pies.

Cuando tomé estas fotos, el viento estaba soplando fuertemente. Tanto así que movían los árboles, doblando sus maderas a todos lados, haciendo que el roce de las hojas generara un sonido bastante agradable.

Incluso las pequeñas flores eran movidas por él, aunque no se note así lo hacía.

Lo natural y agradable es verde, la calma imparcial también lo es. Como una esmeralda en múltiples formas, que la tierra nos otorga diariamente. Es el color de la primavera, de la suerte y de estas palmeras.