Vacío total: falta la plata, faltan los responsables.
El misterio no está, entonces, en que Sendic hijo robe, como robaba su padre. El misterio no está en Sendic, sino en nosotros.
El país entero produce unos 50 mil millones de dólares, en un año. En ANCAP faltaron 1000 millones de dólares. El dos por ciento, si lo quieren ver así. Lo que faltó en ANCAP es el dos por ciento de lo que toda la población del país produce en un año. Una población total de poco más de 3 millones de personas. Una población activa de alrededor de un millón de personas. Así que, puede decirse que en ANCAP faltó lo que producen 20.000 uruguayos activos en un año.
No es novedad, claro, que falte plata en la administración del estado. Menos aún que falte en ANCAP. Pero el monto es groseramente desproporcionado con lo conocido hasta ahora. Por monto, es un salto cuántico en el despatarro.
Por tipo, por otra parte, es insultante también. Los rubros más notorios de la masiva fuga de dinero de la gente en la administración Sendic de ANCAP son:
varios cientos de millones de dólares en la plantación de caña en clima inepto, y la consecuente fabricación antieconómica de etanol
la construcción de una planta de refinado de combustibles que costó cuatro veces su presupuesto, con una pérdida total de, digamos, 300 millones de dólares
la operación de una planta de fabricación de cemento con pérdidas de cientos de millones de dólares
Durante varios años se filtró la plata que se extrae de la gente, en una organización pública, dirigida por un Directorio, con integración multipartidaria. En una empresa enorme, con todas las formalidades de las empresas enormes. Es decir, con auditoría anual. A cargo, por supuesto, de una de las 4 principales auditorías del globo, faltaba más. De hecho, la maniobra saltó porque, luego de años, la auditoría finalmente se negó a seguir disimulando los números.
Es, entonces, una organización pública, enorme, titular del monopolio de los combustibles en el país, y auditada anualmente por KPMG. Tenía todo eso, ANCAP, a la sazón. Pero lo que no tenía, sorpréndase usted, era Gerente General. Por tanto, no había un responsable ejecutivo y único de la enormidad faltante. Tenía todas las características de una gran empresa global, menos el Gerente General. Convenientemente, cuando hubo que pagar la cuenta, no había nadie. La responsabilidad ejecutiva no existe. La responsabilidad es del Directorio. Que, por su parte, no tiene responsabilidad, oficialmente. Oficialmente, sus funciones son “volitivas”. No ejecuta; decide. Y decide a nivel tan macro como sea necesario. Cuando hubo que pagar la cuenta, no había nadie. Ni siquiera había un montón de tipos señalándose mutuamente con el dedo. No había nadie. No había Gerente General, ni Directorio. Aquí, mis amigos, no ha pasado nada. Faltó una plata. Error de los gerentes. ¿Qué gerentes? No sé.
Esto es misterioso, claro que sí. Pero no es mi misterio. Mi misterio está en nosotros, no en ANCAP. A ver si mañana llego.
Directores Martínez, Sendic, Riet
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Verguenza nacional toda esta banda de ladrones, del primero al último! nunca mas fa
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