Oye, amigo, me ha parecido magnífico tu relato.
Cuando comencé a leerlo, seleccioné la frase: "le parecía tonto y deshonroso que un hombre admirara a otro, debido al criterio que se había forjado desde muy temprana edad" porque me parece el eje de realidades personales que impiden (o complican) que el mundo evolucione. La sola apreciación de esa idea me parece fascinante.
Por momentos me he sentido identificada con tu personaje, pero al llegar al final no sé si he sabido interpretarlo. Lo leí dos veces y por último le metí la aplicación de loquendo para que me lo leyeran, ja, ja. ¿Podrías hacer un pequeño análisis de la conclusión? Muchas gracias.
Me gusta mucho cómo/sobre lo que escribes.
Supongo que no está mal contar la verdad detrás del texto para que me entiendas...
Una tarde iba por la calle perdido entre mis pensamientos rumbo a comprar unas cosas y llegó a mí la palabra superfluo, que de cierto modo me agrada por ser, a mi parecer, una mejor manera de decir que algo es innecesario. No sé bien explicar cómo, pero la asocié a un individuo que de pequeño quería ser superhéroe y al crecer se percata de que más allá de ser un súper, era superfluo tanto él como cualquier esfuerzo por querer cambiar la decadente sociedad en cual vivía.
La idea me pareció genial. Sin embargo, discrepé con mi persona al momento de sentarme a escribir la historia. A pesar de todo lo que pudiese llegar a imaginar, el dilema de si era necesario o no que la sociedad contara con un personaje así, se me escapaba de las manos a la hora de abordarlo.
En vista de lo ocurrido recordé que quien escribe siempre plasma, de alguna manera u otra, sus ideales y creencias en el texto. Así que hice del personaje alguien tan perfecto con la excusa de plantear las preguntas que yacen entre los párrafos, con el pretexto de dar a conocer mi punto de vista en ese aspecto y llevarlo todo a un plano más realista en cual personajes de tal envergadura simplemente no existen.
Debido a lo que te he contado elegí ese titulo y cerré de esa manera. Honestamente, me resulta innecesario tanto el personaje como el contexto. Es decir, pude haber dicho lo que pensaba y ya, como quien reflexiona sobre un determinado tema e intenta darse a entender en base a lo que cree o piensa al respecto, ahorrándome trabajo. Pero de haber procedido así, hubiese sido aburrido.
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Sabes, me agrada que la gente interprete lo que escribo, he llegado a impresionarme con lo que dicen al respecto. Y es que, normalmente todo nace así, de una forma muy simple y poco atractiva. Y pues, es increíble poder darse cuenta de que la magia ocurre cuando el lector hace síntesis de lo leído.
Es grato saber que te ha gustado y que has llegado incluso a identificarte un poco. Gracias por la visita y apreciar lo que hago. Saludos.
P.D. Reí mucho con lo de loquendo ja, ja, ja...
Gracias por la explicación, es un post en sí mismo, y el tema es muy interesante. Es increíble cómo la mente nos coloca conceptos; luego está el interés y la habilidad de cada cual para desarrollarlos como le plazca... y pueda.
Sí, creo que una obra termina en cada interpretación que da el consumidor de dicha obra. Eso me hace pensar que hay tantos textos, tantas obra de arte como personas interpretándolas, que al fin y al cabo no es más que un acoplamiento de lo leído/visto en la propia experiencia.
¡Saludos!