El banquillo del amor
Cuando era niña, mi abuela solía contarme muchas historias. Historia de su vida. De nuestra familia. Solía entretenerme todas las tardes cuando el sol estaba tan cálido como un abrazo de ella, yo tendría unos 6 años la primera vez que ella me contó sobre aquel "banquillo". Mi casa es antigua, aquellas de estilo colonial. El padre de mi abuela la construyó cuando vino por primera vez a Venezuela desde su país natal, Dinamarca. En el porche de esta casa hay un gran patio con grandes arboles sobre el. Debajo de este gran árbol se encontraba este banquillo hecho de concreto.
Mi abuela me guió y me sentó en sus piernas y empezó a contarme de el. Me contó historias sobre el, y sobre la fama que tenia este no tan ordinario banquillo. Me dijo que cuando ella era joven, muchas personas de la cuadra venían a nuestra cuadra a hablar y a sentarse en el, sobre todo las parejas. Por que se solía decir que este banquillo tenia poderes mágicos. Se decía que aquellas parejas que sentaban en el, se casarían y estarían juntos toda la vida. Me contó como ella se sentó ahí con mi abuelo, como mis tías y tíos también lo hicieron. Me contó como algún día yo me sentaría allí con esa persona especial y sabría que seria la indicada.
Obviamente, al pasar los años yo creía que esas palabras solo eran el entretenimiento de una abuela a su nieta de 6 años, solo palabras. Al ir creciendo vi varias parejas nuevas sentarse en el, y muchas de esas relaciones duraban mucho tiempo, incluso años. Pero tarde o temprano llegaban a su fin. Incluso yo, me senté allí con aquella esperanza inocente de que ese amor juvenil fuese a durar toda la vida. Pero no fue así.
Pero, no desistas me dije. Los amores de la juventud nunca duran, algún día llegará alguien que si se va a quedar. Alguien digno de sentarse en aquel dichoso banquillo.
El banquillo tuvo que ser derrumbado. Mi familia lloró a aquel baquillo como a una perdida de un miembro de nosotros. Junto a el se fueron décadas de historias y promesas. Años de tradición perdidos en el tiempo. Pero no tengo duda alguna, de que todas aquellas parejas que se sentaron allí y siguen juntas... lo seguirán por muchos, muchos años mas.
Este año mi abuela cumple 101 años... y como ella, sus historias, risas y promesas... quedaran plasmadas en el tiempo. Tal como lo hizo aquel amado y anhelado banquillo.
que fuerte, espero no solo queden plasmadas en el tiempo, sino en el corazón de los seres amados
la historia se puso muy sad cuando tumbaron el banquillo XD muy buena tu historia familiar
Gracias amigo, si tienes razón se puso un poco triste, pero lo bueno es que los momentos se hacen mas valiosos de esa manera♥
Linda historia, lo mejor es que el relato transmite mucho amor, lastima por el banquillo que no lo preservaron, suerte por disfrutar aún de tu abuela, éxitos
Fue muy triste despedirse de aquel banquillo, pero los recuerdos permanecen intactos♥