Las campanas de libertad
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Mi condenas es irremediable tan solo es la justicia con la pena de muerte, no existe la inmortalidad para el hombre, tan solo mi libertad la encuentro cuando a las 3 tres de la tardes, suena el campanario me imagino que está cerca, pero su suave sonido me recuerda mi momento de libertad, me imagino cuando caminaba libremente por la calle, privado por mi pecado al matar por migajas. Cuando volvemos a la vida después de un largo sueño sigo en mi prisión y ver el número de mi celda 47 recordando mi existencia espiritual y mental, parece macabro y oscuro en solo pensar liberar mi alma de cuerpo carnal, donde la justicia no tiene frontera alguna para atraparme.
En mi última voluntad pediré varias hojas y lápiz, tratare de hacer lo imposible de refugiarme en la escritura como lo hizo Miguel de cervantes, refugiado en su mundo fantástico, que ningún estado o reino que lo perturbe por un acto de la voluntad, eso días memorables del pasado. Ya mi sentencia fue dictada por el juez, marcado por una voz aguda diciendo culpable, directo a la sentencia de muerte, quiero comprarle a la vida tan solo un día de felicidad, que ya no será, mi voluntad se cumplió, me entregaron cuatros hojas y un lápiz.
Es esta líneas las escribo con mi propia sangre, aunque me mate la angustia, no es mi legado sino mi memoria, para que mi alma quede marcada en esta hojas de mi corta vida como símbolo, donde la justicia no puede detenerme, para que se quiere tanto en esta vida, si querer o no querer no es igual, ya que el amor es falsedad es llorar y parecer de nada sirve entregarse con locura si es una tortura, el sufrimiento y traición llena mi corazón.
Luego de terminar de escribir mis memorias llenas de sangre y lágrima, el sonido ganó otra vez mi espíritu, la mesa comenzó a temblar como un mensaje todo era confuso, otra vez el sonido y el movimiento una sensación de hormigueo en todo mi cuerpo, el cual se paraliza en un espanto estremecedor, trato de moverme hasta conseguirlo, pero es inútil ansiaba abrir los ojos, pero no me atrevía, solo me invade un profundo sueño. Así paso nuestro prisionero callo en un profundo sueño, que jamás despertó, cumplió con su cometido la justicia no lo pudo alcanzar, a las tres de la tarde sonó el campanero en el día, diciendo la liberta del prisionero de la celda 47, llegaron dos guardia y un padre para darle la bendición a su partida, pero cuando llegaron encontraron el cuerpo encima de la mesa sin vida, a la do de su mano izquierda estaba su memoria escrita con sangre, donde se evidencio sus dedos mutilados exprimido para sacar la tinta macabra, el padre leyó la última página al final dice, ya en mis últimas líneas dejo mi alma en mi memoria escrita, la cual se liberara por la persona quien la lea al momento de mi muerte, el padre se persigna en nombre de dios y pide a los guardia que saque el cuerpo de del recinto.
Desde ese momento han pasado muchos años de este suceso de la celda 47, en varias oportunidades se le suele ver a un prisionero escribiendo, pero esta celda lleva años cerrada sin asignarle ningún preso desde entonces, dando a demostrar que el alma del misterioso preso sigue en el recinto, más cuando suena la campana ala tres de la tarde.