Los cuentos de Mamá: 4 - El lápiz sin punta. Por Gema Moreno

El lápiz sin punta

Nadie sabe cómo fue, aquel lápiz no tenía punta. Cuesta creerlo, pero en su proceso de fabricación se olvidaron de sacársela. Sin embargo, era muy largo y más alto porque le plantaron una letra O en la cabeza. Algo singular que le hacía diferente, genuino y único. Eso, unido a sus llamativos colores, lo convirtió en el más atractivo de la papelería y no tardó en satisfacer el capricho de una niña que quiso que se lo regalaran para ampliar su colección de lapiceros.

Cuando llegó a casa fue directamente a parar al escritorio de la muchacha que inmediatamente quería empezar a escribir y dibujar con él.
-Vaya, no tiene punta- dijo contrariada, mientras lo colocaba junto a otros lapiceros.
En ese instante su hermano pequeño la llamó para jugar con él.
-Ven, vamos a ver quién vuela más lejos mi último avión de papel- la invitó.
-Ya voy- contestó a aquel reto demasiado divertido como para perdérselo, abandonando su habitación.

Pasó la tarde, llegó la noche y el lapicero se fue a dormir soñando con la emocionante vida que le esperaba. Al día siguiente los niños se fueron al colegio y cuando regresaron se pusieron con sus deberes.
-Seguro que se fijan en mí- se animó, colocándose delante de los bolígrafos y rotuladores.
Pero no fue así.

Tras varios días su barniz empezó a apagarse. Estaba triste e impaciente por dibujar un árbol junto a una casa, el sol y nubes en el cielo, niños felices jugando; así como el mar, delfines, caracolas, un barco, pájaros en el aire... Aunque lo que más pena le daba era no poder escribir palabras como beso, alegría, amor o estrella.
-Me han dicho que tienes un problema y he venido a ayudarte.
-¿Y tú quién eres?
-¿Estás ciego? ¡Soy un sacapuntas!
-Jamás he conocido ninguno.
-Pues ya era hora. Prepárate a tener la mina más afinada que has visto.

A la mañana siguiente, mientras Luz se frotaba los ojos vio un colorido objeto sobre su mesa. Al acercarse comprobó que aquel lápiz ya tenía punta. Lo tomó entre sus dedos y acariciando su diario empezó a escribir: "Este es el principio de una gran historia".
-Me ha leído el pensamiento- se dijo a sí mismo con entusiasmo- Seguro que es el inicio de una hermosa amistad.
Y así fue.

Texto y fotos de @gemamoreno