Es una propuesta teatral para "Proyecto Libre de Creación Actoral", una Unidad Curricular de mi carrera (Lic. En teatro, mención Actuación). Esta pieza de mi autoría cuenta con 7 mujeres con historias totalmente diferentes, llenas de comicidad y tragedia, basados en los Pecados Capitales. Es un tema que en el cual hay muuuucha tela para cortar. Por eso yo quiero mostrarle mi punto de vista, en un monólogo teatral.

LUJURIA.- Mi nombre es Lujuria, pero prefiero que me digan Luju (Chasquea el látigo). Desde pequeña todo lo que tocaba me daba placer. Cualquier cosa: un cepillo, deslizar mi mano por mi cabello, sentir el suave edredón, las cosquillas, el olor a carne condimentada, el calor intenso y el sudor en mi cuerpo… (Pausa corta). A los 11 años supe lo que era la masturbación. Porque encontré a mis padres teniendo relaciones sexuales salvajemente. Más tarde probé en mi cama, no sabía cómo empezar, así que introduje mis dedos en mi fruta como mi papá lo hacía y me tocaba… me acariciaba… todo, me imaginaba como un volcán, soltado humo, piedras, con ritmo y ¡ahhh! (se desliza por el suelo). Esa sensación quedó grabada en mí, y en mis piernas... Porque quedaron temblando como las piernas de una jirafa al nacer. Desde ese día todos los hombres que podía, me los cogía, no había ni uno que no domase (bate el látigo) pobre del que se niegue. He estado en millones de orgías con negros, he tenido sexo con chinos y coreanos, he practicado el fisting a placer, tengo toda la colección de juguetes sexuales en mi cuarto, como las Barbies en las estanterías. He pasado desde la zoofilia con un caballo al sexo con dos mujeres vírgenes. Soy quien doma, soy quien manda en la cama, he quitado la anemia con el mejor movimiento de cintura, he deshidratado hasta la muerte a varios hombres con masturbación y he curado a más de 500 homosexuales a punta de sexo oral… Una pequeña biografía. Nada más. En mi vida me arrepiento nada más de haber matado a mi perro Doberman, el muy desgraciado no pudo con mi calentura. Al único a quien he querido tirarme, así, sabroso, es al papasito de mi hermanastro. Era el único hombre que no me paraba bolas, que arrechera, ¿verdad? Cada vez que lo buscaba me decía que no, se ponía nervioso, huía, yo lo seguía, lo cazaba cada noche… pero nada (bate el látigo) era el único que me faltaba domar… La familia dice que desde que se metió a evangélico desde hace tiempo, sin saber por qué, no ha estado con más mujeres, ni ha tenido parejas estables, y las que tuvo, siempre lo dejaban… Que rico que lo prohibido y desconocido suene tentador… ¿no? No fue sino hasta cuando cumplió años que yo misma me auto invité. Yo dije: sí, porque sí me lo cojo en esta fiesta. Y así fue, cuando ya se iba a dormir, le pasé un vaso de agua, que preparé con unos polvitos que me compré en una tienda. Cuando todo el mundo se acostó, yo entré a su cuarto, y le dije: hermanito, déjeme acostarme con usted un rato. Eso fue el detonante, porque cuando me apretó contra sí, lo sentí… Lo pensé dos, tres veces y hasta más. Cuando lo vi desnudo en la cama… No sé si tenía dos o tres piernas, pero tenía una mazacuata de… lo bauticé como Eraclios, el Musculoso. Me lo cuestioné, obvio, ¿será que podré? ¿Será? Pero bueno, ya me había montado en ese bus, tenía que seguir… Nada más la cabecita me hizo saltar como una cabra loca. No sé dónde quedaron todos esos años de experiencias, pero la verdad fue que ese día volví a ser completamente virgen y pura con él. Yo me dejé llevar, cerré los ojos, me besaba, se abría el cielo y salían querubines con trompetitas, una luz me inundaba, como echándome la bendición: “Dele, dele, écheme la bendiciones querubines queridos, échenmela”. Sentía que me destrozaba todo por dentro, pero yo seguía: “¡Aguanta Luju, aguanta!”. Sentía que me venía, que ya estaba cerca, me dolía como nunca esa mierda dentro de mí, me retorcía porque venía con fuerza, ¡nojoda! Pero a vaina más ricaaaa. Ya estaba cerca, muy cerca, cerquita y ¡Ahh! (Respiración acelerada, se toca la vagina). Fue mi primer y último orgasmo más fuerte y espléndido que he tenido en mi vida... (sale sangre de su vagina. Se levanta y se limpia las manos con un trapito). Por lo que oí en el cuarto de al lado, donde me están velando, es que amanecí en su cama, muerta por desangrado… Bueno, morí haciendo lo que me gusta. Cuanto no es, ¿verdad…? El tipo no tenía relación desde hace tiempísimo por eso mismo, porque había asesinado involuntariamente a varias mujeres, y las que sobrevivían, llegaban moribundas al hospital... Confieso que sí tuve un final feliz… Además, como se dice poraí: “del polvo venimos… y al polvo vamos”. (Se va caminando chueca)