Hola amiga incondicional, otro triste relato muy bien narrado, pero es la pura verdad. Y ocurre en cualquier parte del mundo y lo terrible de todo, es que hay mujeres que no tienen la valentía de acusar a esos enfermos.
Te envío un fuerte y caluroso abrazo desde mi cocina
Así es, mi querida@galletikasar. Hacernos de una voz fuerte para hacernos escuchar. Un abrazo