Costumbre y tradición de mi ciudad.
San Benito de Palermo y los Chimbángles.
San Benito, patrón de Palermo, también conocido como el Moro, era hijo de negros esclavos manumisos. Nació entre 1524 y 1525 en el pueblo siciliano de San Fratello, y murió a finales del siglo XVI (1589) en la ciudad de Palermo. Su culto se extiende actualmente por las comunidades de los descendientes de esclavos negros americanos.
Los Chimbángueles, expresión músico teatral popular con que se ofrenda al santo negro, posiblemente sean una síntesis producida en tierras venezolanas de antiguas culturas africanas de diversas y desconocidas procedencias.
Las culturas – Ewe Fon, de Dahomey (Togo, Benín), Efik, y Efok (Nigeria) e Imbangala (Angola), trasplantadas a esta región por el régimen esclavista, logran ensamblar en este rito, colmado de música frenética y danza, una manifestación auténtica que irradió la fuerza y la energía de esta tradición desde el sur del lago de Maracaibo a varios lugares de Venezuela y Colombia.
También, entre los Efik y Efok al sur de Nigeria, las mujeres rinden culto a una divinidad llamada Ajé, a la que exclaman alebant, alebant.
Estos antiguos ritos africanos, de carácter inicialmente masculino, los relacionan algunos ancianos con los cantos y bailes devocionales -gaitas de tambora- que en honor a San Benito se realizan en el sur del lago de Maracaibo.
Parte del canto chimbánguele es Ajé, Ajé San Benito, Ajé, que se entona al ritmo de los cueros. Las gaitas de tambora, que se mantienen hasta nuestros días con múltiples variaciones, son ejecutadas esencialmente por las mujeres de esos pueblos en la madrugada del 27 de diciembre, día de San Benito.
En la ciudad de Cabimas, mi pueblo natal el culto al Santo Negro es de descendencia familiar, es decir nuestros antepasados nos inculcaron la tradición de venerar al Santo Negro y rendirle culto a su imagen.
Las familias se preparan cada 27 de Diciembre y cada 6 de Enero del siguiente año para salir acompañar en procesión al Santo Negro y al ritmo de los chimbángueles y con cantos del “Ajé, Ajé, San Benito, Ajé, bailar hasta el regreso del recorrido. Recorrido que se realiza luego de la misa principal en donde el Santo Negro es entregado a su feligresía que en hombros lo llevan a recorrer las calles de la Ciudad. La tradición se alterna cada año en las zonas sur y norte de Cabimas, La Rosa y Ambrosio respectivamente. Cada año se dan cita a estas fiestas unas 400 mil personas aproximadamente, es la segunda concurrencia de carácter religioso después de la peregrinación de la Divina Pastora en Barquisimeto, Estado Lara.!
La fiesta regularmente se extiende hasta horas de la noche. La imagen del santo es devuelta a la iglesia y los tambores siguen arribando hasta las 12:00 de la noche.