Lima

Son esta tres localidades a continuación en la que hasta ahora he encontrado mi ser, me he sentido.
En Lima pude compartir experiencias migratorias con César, el papá de una amiga de la universidad que en su juventud le tocó migrar de Perú a Venezuela en búsqueda de oportunidades y actualmente le tocó el proceso inverso. Sus ánimos y optimismo por la vida me contagiaron muchísimo y me inspiraron a seguir siempre adelante a pesar de las adversidades. Después de una semana entera de viaje y de dejar mi cuerpo postrado en una butaca de bus, estas palabras e historia de aliento, así como el recibimiento me hicieron sentir en casa, sentirme humano, un alguien. Sentir un futuro.

Caracas

Primeramente mi ciudad natal. No sé si deba expresar mucho de esta foto. Lo que sé es que con su vegetación única es identificable a pesar del desenfoque, de hecho, una amiga de Instagram que está en Bogotá la reconoció inmediatamente a pesar de que el pie de foto no daba idea de la localidad de la foto. Desde este mirador observé perspectivas únicas, viví momentos únicos, así como varias primeras veces de mis primeras veces. No más que decir, supongo.

Córdoba

Ciudad actual en la que vivo.
Hace poco estuve en Buenos Aires, como comenté antes, y recuerdo que caminando por algunas calles comenté que los árboles de Córdoba no eran iguales que estos, que en Córdoba se deshojaban más feos... Sin embargo, cuando estuve revisando mis fotos en la galería de mi teléfono, objetivamente pensé en cuán parecidos son los árboles de ambos lugares y de ahí se originó todo este pensamiento, de cómo extrañamos partes de los lugares en los que hemos estado mientras no conseguimos nuestro lugar.