Paula jugaba sola. Los otros niños le llamaban tramposa y ella se frustraba, porque lo que más le motivaba en los juegos con normas incompletas, era averiguar esas situaciones en las que encontraba una ventaja competitiva que sus compañeros, por no haber podido ni tan siquiera imaginar, juzgaban prohibitivamente.

http://www.diarioinformacion.com/especiales/vuelta-al-cole/2016/10/5-juegos-infantiles-populares-n762_30_33644.html

Estaba triste porque aquel día, en clase de gimnasia, había descubierto que era la única, que no sabía saltar a la pata coja. Así que en soledad, cuando sentía que nadie la observaba, trató de hacer ese ejercicio que hasta esa mañana le parecía que desafiaba completamente las leyes de la lógica.

Comenzó levantando un pie durante un instante y casi le faltó tiempo para volver a apoyarlo en el suelo antes de perder el equilibrio. Lo volvió a intentar unas cuantas veces más hasta que consiguió aguantar con un sólo pie el peso de todo su cuerpo sin perder la estabilidad. Después aprendió a hacerlo con el otro y antes de lo que hubiera podido sospechar, tomó consciencia de su cuerpo y aprendió a dar saltos como los demás niños.

Pero no se detuvo, se sentía orgullosa de haber alcanzado ese hito, se vio capaz de subir las escaleras a la pata coja y al mismo tiempo que lo intentaba se sorprendió consiguiéndolo.

Seguidamente se visualizó bajando esas escaleras también a la pata coja, se sintió capaz de lograrlo y se dispuso a hacerlo. Mamá entró en la sala y bramó fuertemente una regañina, al escrutar lucidez sobre el emprendimiento de su hija, preocupada por su integridad física. Pero Paula estaba completamente en dominio de la situación. La próxima vez que hicieran ese ejercicio en clase de gimnasia, ella sabía que sorprendería a todos porque estaba convencida de que ya, era la mejor.

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Ese día nunca llegó, en cambio, si hubo otros ejercicios en todas las asignaturas y Paula siempre se quedaba atrás. Le dolía intensamente que todo le costase más que al resto de sus compañeros, porque en lo más profundo de su ser, sabía que cuando era capaz de interiorizar el aprendizaje, se convertía en la mejor de la clase y nunca jamás olvidaría la lección aprendida ya que la compilaba para que participase en cualquier razonamiento aplicado a cualquier problema, anécdota, tesitura… con la que su joven mente interpretaba el lado misterioso de su andadura por la vida, haciendo despertar un gran sentimiento de curiosidad en cualquier acontecimiento que pasaba desapercibido para la mayoría. Tenía que leerlo todo, allí donde veía letras escritas debía saber qué ponía aunque no lo entendiera. Tenía que contarlo todo, allí donde veía un conjunto de elementos de cualquier cosa, debía saber cuántos de estos elementos había, era una obligación que llegaba a desquiciarle.

Su señorita les había explicado que debían buscar en el diccionario cualquier palabra que no comprendiesen, pero en la definición de cualquier palabra, siempre había otra que Paula no entendía, y debía buscarla también y seguir repitiendo este proceso hasta que se desbordaba por completo, por eso le causaba tanta ansiedad abrir un diccionario, porque solamente conseguía cerrarlo cuando estaba completamente exausta. No comprendía cómo el resto de los niños lograban completar la tarea de esta índole.

http://www.rae.es/obras-academicas/diccionarios/diccionario-esencial-de-la-lengua-espanola

Le encantaban los dibujos de <<Érase una vez… los inventores>>. Le emocinaban las biografías animadas de los seres humanos que habían hecho grandes cosas por la historia de la humanidad y estaba convencida de que ella motivaría a los niños del futuro a través de una caricatura que le interpretase y por medio de las historias del barbudo narrando las pericias con las que soñaba ayudaría a mejorar el mundo.

http://www.formulatv.com/noticias/73739/erase-una-vez-los-inventores-enseno-descubrimientos-forma-educativa/

Sus notas en el colegio e instituto estuvieron marcadas por la mediocridad, aunque a veces sorprendía a sus profesores expresando un conocimiento que sólo un doctor en la materia podría comprender. El día antes de la evaluación debía prepararse seis, siete o hasta ocho asignaturas que llevaba suspensas y, hasta ese momento, habían estado cubiertas por el velo de la ignorancia y la dejadez. Siempre cometía el mismo error <<¿Por qué no estudié así meses atrás? Habría sacado sobresaliente>> Se preguntaba con dieciocho años tan cerca en tiempo, de conseguir el título del instituto, pero tan lejos en esfuerzo. Cuando lo consiguió, como siempre a pesar de que nadie creía en ella, como siempre; lloró a lágrima viva al experimentar la tranquilidad que le quedaba cuando todas esas ideas autodestructivas que le animaban a quitarse la vida, se desvanecían. Era un secreto pensar en hacer algo así, ni siquiera sabe si se hubiera atrevido una vez el fracaso se hiciera presente. Pero tenía un miedo desproporcionado a repetir curso.

Una vez en la universidad, concibió los axiomas de su vocación. Cuando acababan las clases, Google y Wikipedia, eran sus grandes aliados, sus verdaderos maestros con quienes estaba profundamente agradecida por todo el conocimiento que estas dos entidades eran capaces de suministrale. Su mente se abría ante todas las maravillas que escondían las Ciencias de la Computación e indagaba sin descanso hasta llegar a las raíces de ese conocimiento. Pero las clases iban demasiado deprisa, eran tantos y tan variados los modelos mentales que un simple bucle y unas cuantas variables de cualquier lenguaje de programación podían representar, que le faltaba tiempo para expresar todos los discernimientos que su imaginación concebía y tenía la sensación de perderse historias por escuchar, cuando seguía el guión del profesor.

Así que su mala racha ante los exámenes se hizo mucho más notable, a pesar de estudiar lo que siempre había querido, aquello que le permitiría ser inventora, construir cosas que solo existían en su imaginación uniendo ecuaciones, piezas lógicas con sus dedos y con su mente para formar productos y servicios capaces de mejorar la vida de personas en cualquier parte del mundo y de manera totalmente automatizada.

https://www.tutellus.com/ciencias-aplicadas/informatica/fudamentos-de-la-computacion-777

Sus años en la universidad, que fueron muchos, siguieron marcados por el miedo al fracaso absoluto a no alcanzar el objetivo de su vida, por la ansiedad, por las críticas de aquellos conocidos que la juzgaban por malgastar el dinero de sus padres, por la culpabilidad, por la incomprensión, por la soledad…

Un día caminaba por la calle de la ciudad haciendo complicados cálculos mentales con cualquier número (matrículas, precios, cardinalidades de conjuntos...) que se encontraba en su camino, un hábito que incorporó en su adolescencia, que practicaba cada día como si fuera una obligación, y que aunque al principio le desquiciase un poco, unos años después le producía un placer inmenso por todos los detalles que impregnaba su mente, y porque era una prueba tangible de que, a pesar de la incredulidad con la que le juzgaban sus conocidos, ella podía llevar razón en las creencias que tenía sobre sí misma.

Se encontraba resolviendo una multiplicación de dos números de cuatro cifras cuando, sin preguntar, la luz de la creatividad atravesó las cavidades de su cráneo para iluminar una esquina donde se escondía una idea, un modelo de negocio, un sistema automatizado que podría resolver un problema que acosaba a diario a la gran mayoría de la población mundial y que pocas personas se habían parado a contemplar. Le impresionó tanto que una idea tan bella se encontrase oculta en su mente, que un escalorfrios le recorrió la espalda por completo, surcó su mente, excitó sus lágrimas y no pudo impedir echarse a llorar. Era una idea por la que podría ser recordada y admirada, era algo que quería ver construido en el mundo, sintió que su vida tenía sentido a partir de ese momento.

https://www.recursosdeautoayuda.com/tipos-de-creatividad/

Aquel día algo cambió en ella, en su personalidad, su forma de ver el mundo y plantearse los objetivos de la vida. Ya no le importaba la carrera ni decepcionar a nadie, tan solo quería comprender los conocimientos que necesitaba para llevar a cabo su idea. Cada día, desde que se levantaba hasta que se acostaba pensaba en su idea y, con cada aprendizaje, cada película, libro que leía experiencias en su cotidianidad; la hacía crecer. Hasta que se convirtió en un modelo, que solucionaba una gran cantidad de problemas que la gente no sabía que tenía.

Cuando acabó la carrera y se dispuso a hacer tangible el sistema software que expresaba su modelo, comprendió que le quedaban muchas cosas por aprender para tener éxito, así que encontró un trabajo en un área que le aportaba el conocimiento que necesitaba. A partir de ese momento, su vida se transformó completamente. Cambió de ciudad y comenzó a trabajar en una gran empresa como desarrolladora de software. Por primera vez se sintió valorada, ese trabajo era un sueño podía hacer lo que más le gustaba que era programar y cobrar por ello. Sus compañeros y jefes admiraban la destreza con la que Paula manejaba el ordenador como una extensión de su cuerpo y de su mente; la admiraban como si hubieran encontrado un diamante en la mina más oscura y con más polvo. Comprendió como funciona una empresa y en sus ratos libres, que eran cortos, diseñó la suya propia.

Al cabo de un año de trabajo, su negocio, se hizo tangible y tal fue la originalidad de su solución, que alcanzó la fama mundial en cuestión de unos días. Parecía que el éxito estaba asegurado, pero aún quedaban algunos problemas a los que debía hacer frente. Su idea era una máquina de fabricar dinero. Una máquina que la tecnología permitía construir sin ningún obstáculo pero que una legalidad obsoleta a un nuevo paradigma mundial que estaba a punto de comenzar, impedía llevar a cabo sin las respectivas sanciones y saqueos a los servidores.

http://diario16.com/sobre-la-e-utopia-de-una-criptomoneda-digital-unica-y-la-computacion-cuantica/

A la mañana siguiente de ver desmoronado su mundo, recibió un correo electrónico que la citaba en un lugar en concreto para proponerle unas condiciones a partir de las cuales, su idea podía ser realizada. Tenía clara una cosa, su idea era lo más parecido a un hijo de todo lo que tendría jamás y no iba a venderla a otros inversores.

Había quedado en una lujosa habitación de un céntrico hotel. Llamó con temor y la puerta se abrió sola, al entrar vio a dieciseis señores trajeados y con corbata colocados en semicírculo, ocho de ellos vestían de negro los otros ocho de blanco. No iba a vender eso lo tenía claro. Pero estos señores no querían comprar nada. Estos misteriosos personajes eran jugadores de ajedrez de ambos equipos, unidos por un objetivo en común.

Pero no jugaban al ajedrez tradicional que todos conocemos, sino al ajedrez de la vida, al ajedrez del mundo. Se enfrentaban entre sí en un juego que no tenía fin. Decidían sus movimientos diseñando sentimientos enfrentados en la población, seleccionaban las modas y tendencias que debían triunfar en la sociedad. Decidían los argumentos de las películas con un mensaje implícito, que querían comunicar a toda la humanidad. Diseñaban las guerras y decidían las culturas que debían ser destruidas para manipular el flujo del dinero y seleccionaban las noticias de las que los medios debían hacerse eco. Había algo en Paula que les inquietaba y no era precisamente su idea de negocio.

http://boletingnostico.blogspot.com.es/2013/10/la-disolucion-del-ego.html

— Paula. ¿Aún sigues queriendo dar a luz ese sistema tuyo? — Preguntó una voz.

— Es lo que más deseo hacer en esta vida — Contestó Paula.

— Tienes dos opciones — prosiguió la voz — Si cumples con una de ellas, la que elijas, todos los impedimentos que estás encontrando desaparecerán en el plazo de una semana, y tu negocio tendrá un éxito que por mucho que hayas imaginado, no alcanzarás a concebir. Serás mundialmente rica y famosa por el resto de tus días.

— ¿De qué se trata? — Preguntó Paula con una gran desconfianza.

— Cásate. — Dijo el rey blanco.

— ¿Perdón? — Cuestionó Paula.

— Busca un candidato y celebra la ceremonia, cásate y tus sueños se harán realidad.

Paula era un espíritu libre, nunca se había planteado emprender un matrimonio, no porque no le gustasen los hombres o el sexo, le encantaban. Pero siempre había sentido que no existía otra mitad suya en el tiempo en el que le había tocado vivir. Había tenido muy pocas parejas, cualquier hombre al que Paula había dirigido su mirada con admiración en el pasado, le había devuelto lo que ella interpretaba como un rechazo. Pero en realidad era un sentimiento de inseguridad masculina ningún hombre se sentía a la altura, no sólo de merecerse su belleza, sino de mantener por un instante una fijación en una mirada tan profunda que parecía leer el pensamiento. Cualquier hombre que entablaba una conversación con ella, se sentía eclipsado por su inteligencia y huía temblando de miedo. En cambio, las veces que había sido ella quien había decidido tomar la iniciativa con un hombre, este se había aprovechado para burlarse y dejarla en evidencia delante de otras personas, por el mismo motivo de inseguridad y miedo.

— Elijo la segunda opción. — Dijo Paula sin pestañear.

— ¿Estás segura? — Preguntó el rey negro.

— Completamente. — Contestó Paula. — Explícame de qué se trata y si a cambio puedo llevar a cabo mi empresa lo haré.

— Debes tumbarte en la cama quitarte la camiseta y un fotógrafo profesional inmortalizará una fotografía tuya para la posteridad. En unos días saldrá publicada en portada de todas las revistas de todos los países donde tendrás éxito la gran mayoría de los que existen. A cambio recibirás cuatrocientos bitcoins y firmarás un contrato de imagen como si te hubiéramos contratado para llevar a cabo esta entrevista. Nadie conoce aún a Paula, vamos a presentarle al mundo a la mujer más influyente de los próximos tiempos.

— Puedo preguntar la razón de todo esto. — Dijo Paula con tristeza.

— Has solucionado un problema que debía haber resuelto un hombre para que nuestras estrategias de ingeniería social tengan sentido.

— Las mujeres tienen las mismas oportunidades que los hombres en la sociedad en la que he nacido.

— Pero no tienen las mismas ambiciones. Las mujeres son el premio de los hombres exitosos en todas las películas. Las mujeres tienen poder sobre los hombres porque son bellas, no porque son inteligentes. Juegan con muñecas y ven películas de princesas hermosas a las que quieren parecerse, para poder irse con el príncipe bueno y no con el malvado feo… Son algunas de las premisas que nos permiten fácilmente manipular la sociedad de consumo, hombres y mujeres tienen roles separados aunque parezcan cada vez más sutiles, la verdad es que son más inconscientes y esto provoca comportamientos inconscientes. Hemos tardado siglos en establecer unos modelos sociales y unas herramientas abstractas con las que manipular a la población, pero de vez en cuando, aparecen personas excepcionales que se empeñan en hacer tambalear los cánones que tanto nos ha costado llevar a cabo. El ideal de mujer hermosa, segura de sí misma e independiente, que tiene éxito, que es líder en un terreno de hombres que no pueden conquistarla; es un modelo que atenta contra todos los principios que en este momento deseamos transmitir a la población. Debes ir de la mano de un hombre, o modificar la impresión que das a la sociedad, desnudándote, mostrando tus secretos, demostrando que eres vulnerable y de carne y hueso, que tienes un precio, como todo el mundo y estás dispuesta a degradarte por una suma económica. Así que no tienes elección, o te casas o te fotografías o renuncias a tus sueños, y créeme que no puedes enfrentarte contra nosotros. Podemos poner a toda la humanidad en tu contra. Somos las figuras de ajedrez más poderosas de la Tierra.

Paula titubeo unos minutos y aceptó. Mientras le hacían la foto, rememoró un recuerdo de la infancia, aquellos dibujos del barbudo contando las historias de esos brillantes hombres a los niños. Ella nunca podría ser Pedrito.

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