Hola querido @davidjjcd. Feliz y Bendecida semana. Muchas gracias corazón. La verdadera oración es la que se realiza en el silencio de la intimidad. Y la sanación es todo un viaje. Cuando los médicos tratan una enfermedad, lo hacen de afuera hacia adentro, no de adentro hacia afuera. El médico no puede controlar la navegación del muro de piedras que tenemos construido en el alma, ni la oscuridad de nuestro templo interior. Ni los más eminentes médicos, ni terapeutas pueden calibrar las verdaderas enfermedades, las del espíritu, las que paulatinamente va reflejando el cuerpo como un faro en la noche.

Es el espíritu, el que genera de manera natural la gracia de sanar el cuerpo físico, cuando tenemos la capacidad de ir más allá de nuestro ego y sumergirnos en lo más profundo de nuestra alma, en nuestras más bajas pasiones, con el propósito de examinar la fuente de nuestros actos y nuestras constantes elecciones.

El ego y la razón manejan nuestro comportamiento, pero no representan el combustible, porque el ímpetu procede de otra fuente. Nunca son los demás los responsables de nuestras dificultades, de nuestras penurias o de nuestros temores, y para sanar, también debemos ser capaces de enfrentar cara a cara esas pasiones oscuras, para desmantelar el poder destructivo que cada una, en particular, tiene en nuestra vida.

La verdad nos transforma, la verdad nos cambia la vida, pero para ello hay que entender que la luz divina, no tiene religión. Aplicar la razón y la lógica a la naturaleza del alma o a la naturaleza de Dios, tampoco conduce a nada, porque entonces estamos usando nuestra propia versión de la lógica para controlar nuestros miedos inconscientes. Para abandonar la necesidad de saber por qué suceden las cosas, hay que creer en un orden o en un poder más elevado, que transciende el pensamiento racional. La oración que no es común, nos conecta con la divinidad: "Contigo Dios todo es posible, incluso mi sanación espiritual y física"

Te mando un Gran Abrazo David
Sigo leyendo tus maravillosos escritos
Te deseo prosperidad, éxito y felicidad.