VOCES INTERGALÁCTICAS - Spanishchallenge 14 entrada #1
VOCES INTERGALÁCTICAS - Por @epico (Entrada para el concurso «SpanishChallenge» edición No. 14).
Verdeazul era un pueblo pequeño perdido en las lejanías de las montañas de climas fríos, alejada del constante ajetreo de la ciudad y sus habitantes que poco interés tenían en sus raíces, consumidos por el modernismo y alejados cada vez más de las ideas y las creencias de sus ancestros. Verdeazul siempre destacó por sus eventos, que aunque pequeños y de poco renombre lograban reunir a los pueblerinos, quienes se conocían los unos a otros desde los más grandes hasta los más pequeños que ya hacían uso de razón.
Aquella era una tarde de Septiembre, no podía recordar porqué seguía caminando pero aun lo hacía, no con el mismo fervor con el que comenzó a perder el aliento pero sí con la misma curiosidad y el deseo de mostrar que no estaba equivocado. Carlos Calcis, quien nunca fue conformista y quien nunca pudo encajar ni en la tranquilidad del pueblo que lo vio nacer ni en los tumultos del ajetreo interminable de la ciudad, fue sumergiéndose así mismo en las teorías de conspiración que negaban la aparente innegable llegada del hombre a la luna, pensaba si valía la pena. ¿A caso podía perder lo poco que tenía por tratar de demostrar lo que a nadie le interesaba desentrañar?
Carlos Calsis creció con su abuela en el corazón de Verdeazul. Criado como un chico trabajador, estudioso y de buenos principios. Se interesó muy poco por las mujeres y más por la adquisición, no de bienes sino de conocimiento. Pensaba que el mismo le conduciría a los lugares dónde aun no necesitaba ir pero que su propia motivación le exigía perseguir lo que no huye y no esperar lo que no se acerca.
Pensó por dentro de sí si rendirse era una opción ya que lo impulsaba, no la energía que sus pulmones llevaban a los rincones de su cuerpo, porque el oxígeno era un privilegio del que carecía, sino el jugo de naranja y el trozo de pan que había comido hace dos días. Era fuerte no por su vigor ni su musculatura ya que ni eso poseía sino, fuerte por sus convicciones y su voluntad inquebrantables. Muchos negaban la realidad de lo que él investigaba. Decían que no era nada más que el viento deslizándose por las frondosas arboledas, provenientes de las montañas. Otros decían que los mismos investigadores materializaban esos sonidos a propósito para levantar creencias y alejar las dudas a sus propias investigaciones sin fundamentos.
Carlos no creía ni el sí ni el no, ni las noticias ni los rumores, ni escuchaba el silencio de los que le señalaban. La razón por la cual él seguía sin desmayo los rastros de una existencia que no había sido probada era la misma razón por la cual su cuerpo seguía en movimiento. Ya no corría pero aquella noche de Septiembre había corrido más que en todos los días de su niñez o al menos así le parecía porque ya estaba agotado. – ¿Te detendrás? – dijo la voz que hacía horas no hablaba mientras Carlos corría pero que dio impulso a sus pies tras pronunciarse nuevamente diciendo: – Quienes se rinden no conocerán la verdad.
Él no sabía de dónde venían esas voces pues no las escuchaba recorrer sus tímpanos antes de ser materializadas en sus pensamientos. Estaba claro de que no provenían del exterior. Pero no eran producto de su imaginación pues estas voces no le eran familiares, no era su voz, ni siquiera una voz humana ni mucho menos hablaba en un idioma que pudiera entender más sin embargo la comprendía. Era como si pudiera saber la intención del emisor sin siquiera existir un medio que transmitiera el mensaje. Como si el emisor y él no fuesen la misma persona, no. Sino como si estuviesen conectados.
Al fin llegó a dónde no pudo avanzar más. Por supuesto no pudo avanzar porque el frondoso cuerpo de agua que rodeaba todo el panorama le impedía seguir adelante sin un medio de transporte. La voz habló pero esta vez Calsis no comprendió su significado sino que se sintió en paz. Como si su travesía lo había llevado al punto dónde tenía que estar. Una luz anaranjada brilló en el horizonte. Era circular y de diferentes tonalidades pero que nunca rozó el amarillo ni mucho menos tocó el rojo. Era naranja como las frutas del mismo nombre que había cultivado desde pequeño. Entendió que era solo el principio de su travesía y que tal y como las aves alzaron el vuelo por el resplandor de aquella luz, en incontables aleteos que emitían un compás musical. Su historía acababa de comenzar.
Desde aquel día al mirar por su ventana fijó los ojos en una estrella. Una que nunca había visto a pesar de que todas las estrellas brillan y esta no brillaba más que ninguna otra, estaba seguro de que esta no era solo una más sino la llave que le conduciría a escuchar las respuestas que no estaba buscando pero que al escucharlas tomarían sentido y responderían las preguntas que el quería conocer pero que aun no se había formulado.
Carlos Calsis participó en el evento de ese mes desde el primer día hasta el último mientras la feria estuvo abierta y se despidió de Verdeazul delante de la lápida de su abuela. No para nunca volver sino para regresar con las respuestas que solo a ella le interesaría escuchar.
¿Fin?
El #SpanishChallenge es una iniciativa de @Spanish-Trail y @Tincho para unir a la comunidad de habla hispana. Puedes participar, asegúrate de seguirlos para más información.
Nostalgico! lo disfruté, espero que tengas exito, se me ocurre 2° Lugar, despues del mío jajajajajaja ... miento ! Nos leemos
Jajaja , éxito.
Suerte a ambos.
Muy buena lectura. Resteeming
Gracias.