He terminado de leer un artículo escrito aquí en Steemit sobre la fiebre como mecanismo de adaptación del ser humano.

Me pareció una buena oportunidad para crear un poco de conciencia en lo referente al uso desmedido y constante de los antipiréticos.

Todos tendemos a utilizar en forma inmediata medicamentos para bajar los niveles de temperatura corporal tan pronto esta sube por sobre los 37.5 grados centígrados.

Igualmente se ha comentado que la fiebre es una manera que tiene el organismo de llamar la atención y alertar sobre algo que no está funcionando en forma adecuada.

La verdad es que existen muchos mitos sobre esta sintomatología de aumento de la temperatura y es bueno al menos tener claros algunos preceptos.

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^{Autor: Mohamed_Hassan. Pixabay}

Lo primero que hay que hacer notar es que la temperatura corporal es variante, dependiendo de cada persona.

La temperatura prácticamente está regulada por la generación de energía corporal, lo que indica que si una persona es más activa que otra, tendrán diferencias notables de temperatura entre sí.

La fiebre como defensa

Cuando se eleva la temperatura y ocurre la fiebre, han sido una serie de mecanismos hormonales internos los que han dado la orden al cuerpo para que se de este proceso, el cual tiene una gran finalidad, que es el aumentar el riego sanguíneo a los tejidos.

¿Para qué hace esto el cuerpo?

Pues para que lleguen con más facilidad y rapidez las células del sistema inmune y los anticuerpos, que son los encargados de neutralizar los gérmenes; sean virus, bacterias o también tóxicos o alergénos que están produciendo un daño en determinada zona.

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^{Autor: Qimono. Pixabay.}

Cuando aumenta la temperatura corporal aumenta la actividad del corazón, hay aumento de las palpitaciones y son más rápidas las contracciones, es decir, que el corazón envía más rápidamente sangre y en mayor cantidad.

Por otra parte, la temperatura al elevarse aumenta el tamaño de las arterias y de las arteriolas finales, lo que también colabora para que llegue mayor cantidad de sangre al tejido afectado.

Y por supuesto, con la sangre, llegan las células que se “comerán” al agente dañino, literalmente hablando; y los anticuerpos que los marcarán y los neutralizarán para luego ser retirados del cuerpo.

Es bueno acotar aquí que en el momento de actuar el sistema inmune en una zona atacada, se produce un proceso de inflamación, ya que se requiere retener en el sitio las células y anticuerpos para que trabajen contra el agente dañino.

Así entonces se produce aumento de salida de sangre, inflamación y enrojecimiento de la zona, los típicos síntomas de la inflamación; para que el sistema inmune ataque por más tiempo allí.

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^{Imagen de dominio público. Pixabay}

Todo esto quiere decir que tanto la fiebre como la inflamación, son situaciones que ocurren como parte de la defensa de nuestro organismo.

Cuando nosotros bajamos la fiebre o actuamos sobre las sustancias que producen inflamación para detenerla; estamos paralizando un proceso normal del cuerpo para atacar el daño.

El uso de antipiréticos a priori y de anti-inflamatorios desde el inicio de una enfermedad, por lógica, resulta contraproducente.

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^{Autor: Myriams-fotos. Pixabay}

También la fiebre induce al descanso, y por otro lado, igual aumenta la producción de orina y el sudor, con la consabida perdida de líquidos.

Pero esto lo hace como una manera de aumentar la eliminación de los productos tóxicos y los que se van retirando del sitio de ataque.

Amén de que sirve para refrescar y mantener controlado el exceso de calor corporal.

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^{Autor: HoliHo. Pixabay}

¿Qué es recomendable hacer ante un proceso febril?

Entonces, sabiendo estos procesos o preceptos, podemos ver que hay maneras de actuar ante la fiebre de forma más respetuosa hacia los mecanismos naturales de defensa, y estas las podemos incluir en varias sugerencias:

- Aporta antipiréticos solo cuando la temperatura sobrepase los 38.5 grados centígrados.

- Hay que descansar, reposar.

La actividad induce a un aumento mayor de la temperatura y el reposo la mantiene sin variaciones, pero respetando el calor que el cuerpo necesita para trabajar su inmunidad.

- Ayuda a refrescar al organismo devolviéndole los líquidos que pierde, aumentando la hidratación con bebidas que además contengan nutrientes reparadores.

Los jugos frutales y las infusiones vegetales son una manera de aportar en estos momentos muchos antioxidantes, minerales y fitoquímicos que estimulan la reparación de los daños de los tejidos.

- Acude al facultativo ante la persistencia o el aumento exagerado de la temperatura, o ante la aparición de síntomas más severos.

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^{Autor: Quimono. Pixabay}

Es importante considerar ésto...

La idea no es restarle importancia a síntomas como la fiebre o la inflamación; pero sí es importante verlas como procesos normales que el organismo utiliza para defender adecuadamente a sus tejidos.

Y es que en la medida en que han salido al mercado más sustancias químicas o medicamentos para tratar afecciones, hemos ido creando una especie de cultura consumista que nos hecho irrespetar con desconocimiento, procesos que son naturales y necesarios.

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^{Autor: Rawpixel. Pixabay}

El respeto como modo de vida

Nuestro organismo, al igual que una célula, o para ir en mayor proporción, nuestro mismo planeta; ameritan ser entendidos en sus procesos, ya que el hombre tiende a intervenir de manera autónoma y muchas veces errática sobre el funcionamiento de estos.

Y sin negar que hemos sido capaces de corregir trastornos que se creían difíciles de solventar, también es cierto que muchas veces hemos sido cruentos con la manera de incidir en las diversas enfermedades y en el medio ambiente, y hemos tenido que recoger las acciones después.

Tengo obligatoriamente que acotar que muchas vertientes de la actividad médica no están conformes con este tipo de razonamiento, sobre el cual afirman que es una mirada naturalista y simple, carente de razón científica, por lo que defienden que hay que bajar la temperatura corporal como sea tan pronto aumenta ésta.

Declaraciones que podemos encontrar en muchas partes de la red.

Tienen sus razones, pero igual las tenemos los que apoyamos que exista un poco más de respeto por los mecanismos biológicos naturales.

Y claro, estamos abiertos a recibir opiniones y a enfrentarlas, con la seguridad de que nacerán nuevas ideas y maneras de actuar o de apreciar estos procesos.

Por los momentos, una mirada a simples hechos como la fiebre puede ayudarnos a ir comprendiendo el funcionamiento corporal, a respetar ese funcionamiento y a evitar la intervención química sin la mirada vigilante del médico.

Siempre es oportuna tu opinión... Y necesaria.