Detrás de las paredes | El Origen (Cap I)

Abrió sus ojos y su visión periférica le dejó entrever una sombra que se ocultaba detrás de las paredes que separaban su cuarto y la sala principal. No era la primera vez que la veía, pero su piel se erizó y su corazón comenzó a latir aceleradamente, pues nunca había logrado descifrar el significado de esa sombra espectral.

Hacía cinco días que Benny había cumplido 7 años, y toda su vida la había vivido en esa antigua casa de gruesas paredes y puertas demasiado bajas para que un adulto las cruzase sin tener que agacharse. Eso le imprimía un aire misterioso y sombrío a aquella extraña casa, dándole apariencia de catacumba o mausoleo multifamiliar.

Era el tercer hijo de una familia cristiana que amaba a Dios sobre todas las cosas y al mismo tiempo temían al mal que veían encarnado en todo lo vinculado con el espiritismo.

Queriendo alejar a sus hijos de ese profano y herético mundo, su madre los amedrentaba todas las noches antes de dormir contándoles historias tenebrosas sobre casos reales de prácticas espiritistas y sus fatales consecuencias, y así pensaba que jamás se les ocurriría acercarse a esos infames seres y sus horrendas prácticas.

Los dos hermanos mayores crecieron temiendo al mundo espiritual y a los fenómenos que allí pudieran ocurrir; pero no fue el caso de Benny, cuya curiosidad e intriga lo empujaba cada vez más hacia ese abismo, cuya puerta se abría cada noche, con cada historia narrada perfecta y detalladamente por su ingenua madre.

La noche de su cumpleaños número siete, como si fuera un regalo del más allá, su madre le contó la historia de una niña que vivía en una mansión sola con su padre, pues su madre había fallecido el día de su nacimiento, y al pasar tanto tiempo sola en esa enorme casa, había adquirido la costumbre de golpear todas las noches las paredes de su cuarto, con golpes suaves como si tocara una puerta esperando que alguien viniese a abrirle desde el otro mundo; hasta que un día obtuvo una respuesta del otro lado de la pared, y supo que desde entonces nunca más estaría sola en sus largas noches de insomnio.

Esa noche Benny no pudo dormir, pensando si en su antigua casa también podría ocurrir lo mismo, y abrirse una puerta dimensional al mundo espiritual, que le permitiese descubrir el origen y morada de las sombras que lo visitaban noche tras noche.

_{Continuará...}