Países de América Latina: ¿Banco Central autónomo... o no?
En Latinoamérica existe un problema muy importante, el subdesarrollo, por ello los gobiernos nacionales de cada país han tratado de solucionar este problema mediante muchos caminos o decisiones, una de ellas es la de absorber el poder de decisión de la banca central de su país; al hacer esto viene el cuestionamiento de muchos, ¿Ayuda o empeora la situación?
Como se ha visto a lo largo de la historia, los países que en los años 70 y 80 sufrieron crisis hiperinflacionarias, en la actualidad poseen un banco central con más autonomía, que aquellos países que no sufrieron tales crisis; esto se basa en la política monetaria aconsejada por los monetaristas, la cual propone un crecimiento anual estable de la oferta monetaria, esto solo se puede hacer en un país donde el banco central esté lo más aislado del ambiente político, ya que no se interesan en los problemas que trae un crecimiento acelerado de la cantidad de dinero en la economía, sino que a ellos les importa solo ganar en las próximas elecciones.
Por el contrario, algunos defienden que el banco central debe ser vigilado por el gobierno, basándose que un pequeño grupo de personas no toman las decisiones que deben ser tomadas para satisfacer al público en general, y también que toda la culpa del ambiente económico de la nación es achacada al gobierno. En cambio, el gobierno toma las decisiones que la colectividad acepta como correcta para que la estabilidad económica continúe.
Viendo estos dos casos, en mi opinión los bancos centrales deben ser autónomos, pero sin olvidar los problemas que presenta la sociedad; establecer objetivos a largo plazo, puede que a corto plazo se entre en recesión, pero al final de esa recesión viene un auge, y si el gobierno y el banco central trabajan en conjunto se puede alargar por mucho tiempo esta situación de auge. Otra causa en la que apoyo mi opinión, es que los niveles de corrupción en los países de América latina, entorpecerían la política monetaria aplicada, debido que no buscaría el beneficio general sino que buscaría beneficiar a los gobernantes, pagando sus campañas o cubriendo el déficit fiscal.