LAS MEMORIAS DE AMELIA (Relatos de mi imaginación)
Me encontraba en mi habitual puesto de trabajo, revisando, hojeando y rebuscando una buena historia que contar, se me habían agotado las ideas, a decir verdad, tuve una terrible semana, en primer lugar, la revista sufrió una caída drástica, las ventas cayeron a un número nunca antes registrado, en segundo lugar mis relatos se tornaron toscos y torpes, y por si no fuera poco las deseadas vacaciones que tanto anhelaba las tuve que posponer, por suerte faltaban unas semanas hasta la publicación de la nueva edición, no obstante si no presentaba un borrador antes de la fecha establecida a mi jefe, mi vida se acabaría, los resultados serían catastróficos, de allí mi espantosa semana.
Finalizada la tarde, de regreso a mi casa pasé por la panadería "Bouno", el aroma que desprendía era inigualable, cada día el lugar se llenaba de muchas personas esperando adquirir uno de los tantos deliciosos panes que allí se venden, mi favorito era pan crema, su textura era suave y esponjosa, relleno con una crema especial creada por los mismos dueños; al adquirir mi compra me dirigí directo a mi casa mientras disfruta comiendo del rico pan; llegando me senté en las escaleras, fijé mi vista al cielo y contemplando la luna y las estrellas, no sé por qué, pero la nostalgia invadió mi ser, añoraba mis días de infancia, en aquellos que solo disfrutaba jugar , donde la única preocupación era saber si el capítulo de mi serie preferida se transmitiría ese día, o si el juguete que cada año mis padres me prometían me lo darían como regalo, todos esos momentos solo quedaron en mis memorias, suplicaba a los cielos por un día como los de antaño. Al cabo de unos minutos de vagos recuerdos tomé ánimo y entré a la casa, en la cocina mi madre se encontraba tomando un te, de esos que ayudan a relajarse, sinceramente no sé si al tomarme uno me ayudaría en algo, ella al verme me preguntó-¿Cómo estuvo el trabajo? Y en respuesta solo le dije - de maravilla- me di la vuelta y subiendo las escaleras en dirección a mi habitación me tropecé con una caja, seguramente limpiando la casa mi madre olvidó guardarla, recuerdo haberla visto en un depósito ubicado cerca del baño, la curiosidad hizo que sujetara unas tijeras y abriera la caja adentro contenía diversos objetos de antigüedad, los cuales se conservaban a pesar de los años, sin embargo mi atención se posó sobre un cuaderno algo viejo y desgastado quien sabe a lo mejor el contenido que se desprendía seria de ayuda para la nueva columna que debo desarrollar.
A la mañana siguiente, me propuse a leerlo, en la portada llevaba escrito el nombre de la persona "Amelia", le pregunté a mi madre si el dueño de este cuaderno pertenecía a mi abuela, ella tomándolo en sus manos y dándole una hojeada dijo –¿dónde lo encontraste? ¡No puedo creer que todavía se conserve, tu abuela poseía una curiosa forma de pensar en cuanto al amor y a las cosas cotidianas de la vida, no le quito crédito, era bastante elocuente, nunca alcancé a terminar de leerlo! - pronunciando dos palabras como respuesta le dije - ¡Gracias mama!- Me dispuse a comenzar la lectura con una taza de café y unas galletas como acompañamiento, al inicio de la portada una frase quedó grabada en mi cabeza podía ser interpretado por el lector de diversas formas la frase decía
“Han desaparecido los sueños,
han despertado en otro universo
han sido vistos paseando entre atardeceres y cielos estrellados,
así permanecieron hasta ser hallados”
Sumergida en la lectura no pude evitar transportarme y adueñarme del personaje, honestamente sentí la sinceridad en cada frase, la melancolía al expresarse, las tristezas y alegrías yacían en el diario de una joven soñadora, enamorada de la vida y de ese ser especial que conquistó su corazón, el sol se ocultó dándole paso a la cálida noche, las horas se tornaron minutos haciéndome olvidar del tiempo transcurrido, en toda mi vida no había conocido a nadie con tanto talento para desenvolverse en la escritura como a ella, su manera de ver la vida, de contemplar la naturaleza y de expresarse del amor con aquel entusiasmo era único. Algún día, no sé cuándo, tenga el honor de mostrarles esta historia, una historia de amor puro y real, sin engaños ni falsedad en toda su plenitud, contada desde sus momentos de infancia, juventud y madurez.
Al culminar de leer el último párrafo, me acosté, y apoyando mi cabeza a la almohada, las ideas empezaron a acumularse en mi cabeza, le agradecí a ella, "Amelia" por obsequiarme esas memorias, memorias que quedarán guardadas en lo más profundo de mi ser, lo atesoraré para siempre, el trabajo ya no se tornará difícil para mí, aprendí a ver la vida con otros ojos.
“Despierta, y en cada amanecer no olvides que todavía no es tarde”
“Amelia año 1947”
Muy bonito relato!. la frase me encantó, muy motivante para seguir caminando por alcanzas nuestros sueños, no dejarlos olvidados por tener que vivir como la sociedad quiere.
Muchas gracias por haberte tomado tiempo de leerlo!^^
no hay de que (: . gracias a ti por compartirlo, te sigo, saludos!