¿Sabías que en Alemania medieval un matrimonio podría solucionar sus discusiones en un combate?

Si por alguna extrañas razón no podían resolver sus discusiones hablando, las parejas podían optar por una disputa cuerpo a cuerpo, si como lo lees cuerpo a cuerpo; esta disputa se conocía como "juicio marital por combate".

Según las reglas: el hombre tenía que luchar estando adentro de un hueco que le cubriera hasta la mitad del cuerpo, con una mano atada a su cuerpo mientras que la otra sostenía un garrote con el cual podría usar para defenderse.
Por otro lado la mujer podría moverse libremente alrededor de un área limitada fuera del hueco, le daban 3 piedras que pesaban alrededor uno a dos kilos cada una, las introducía en una bolsa o una especie de saquito la cual ella usaría como arma para su defensa.

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Para nosotros en la actualidad puede sonar como un espectáculo bizarro, pero en esa época se trataba de un asunto muy serio; eran problemas maritales que no lograban solucionar hablando y llegar hasta tal punto, era catalogado como un juicio a muerte y dicho juicio participaban uno jueces, que observaban el combate.

A principios de la Era Medieval, para ambas partes, la pena por la derrota podría ser la muerte. Si la mujer ganaba, el hombre era ejecutado. Si el hombre ganaba, la mujer era enterrada viva. Más tarde, los términos empezaron a suavizarse, pero el riesgo era bastante alto.

¡Menos mal los tiempo cambiaron y vivimos en el siglo XXI!