Quien conoce o a leído de esclavitud sabe que esto no es un tema de siglo pasado y reconoce la perfección como parte de esto.

Perfección, tan usada y sobre valorada a la vez. No es más que el deseo de hacer las cosas bien, lo mejor posible y disfrutándolo. El problema radica cuando eso se convierte en fuente de ansiedad y estrés, cuando pasamos la vida pensando, temiendo y preocupándonos ante los errores que podamos o no cometer.

A nadie le gusta ser esclavo, sin embargo, muchas veces nos convertimos en esclavo de nuestro propio cuerpo por buscar siempre la perfección en el, en un intento de demostrarnos y demostrarles que si podemos, buscando la aprobación y agradar a los demás. Esto es muy extremista, existe lo bueno y lo malo, nunca puntos medios.

Esto no se trata de bajar el umbral de eficiencia ni de esfuerzo, sino de aceptar que lo que vamos logrando no es perfecto, pero nadie nos pide perfección más que nosotros mismos. Que hay otras formas aceptables y más prácticas de resolver las cosas, avanzando. Lo perfecto sabemos que no existe, por lo que nuestros ideales han de ser realistas.

No escribo con la finalidad que seas gorda/o, al contrario, busco que te valores, que aprendas a conocer quien eres, que la actitud va por delante de cada paso que das, que busques la mejor versión de ti, que te liberes de ataduras y seas TU.

Vencer el pensamiento perfeccionista, se traduce en adquirir mayor libertad y tranquilidad.
¿Por qué ser perfecto si puedes ser feliz? ¿Por qué ser perfecto si puedes ser tu mismo? ¿Por qué ser perfecto si puedes ser REAL? Ser perfecto no determina quien eres o cuanto vales como persona.