En realidad, estos ejercicios resultaron ser un expandir de miradas hacia un horizonte más amplio de realidades que confluyen con la percepción que tengo sobre las luchas de poder. Estos son, desde lo más íntimo, la lucha más intrínseca. De aquí la influencia mayor en los dibujos de la subserie de Traición, seguidos de Despeje, Soporte; pero como anticipo inconsciente de mi psique ante lo que iba a realizar siempre existió: Apoyo. —podrás ver los links al terminar la publicación—.

Es regla universal dibujar modelos humanos en una escuela de arte. No iba a pasar yo sin dibujar al menos un desnudo. Yo aproveché, giré un poco la realidad a mi favor. La búsqueda de mi lenguaje plástico no es el dibujo perfecto de un desnudo masculino o femenino. Lo que a mí me interesa específicamente es la forma: la forma creadora de espacios.

De modo que el cuerpo que veía en ese pedestal cuadrado de baja altura o en el cuerpo que se sentaba en la silla de madera, no se me representaba como la copia de una realidad en común; sino como una masa creadora de vacíos, los de su entrepierna, los de su brazo contorneando su muslo, o su espalda. De esos vacíos creaba la forma y creaba la composición, desde lo escultórico siempre.