El tema de la expansión surgió con Despeje. Visualizar la forma desde arriba; viajar por encima mentalmente e imaginar que salen curvas y se esconden otras —¿en busca de qué?—. Siguen siendo monumentales en la intención de ocupar. Es como el más básico instinto del hombre y que los diferencia del animal: desear... espacio.

No solo me interesé en la forma; ahora, por primera vez, en la textura. A pesar de mi estudio en escultura, todos pensarán que la textura es lo más básico para un escultor. Y sí. Pero también la textura es el lenguaje plástico más difícil de dominar, de equilibrar. Si pienso en miedo, pienso en textura —afrontarse a ese miedo fue mi cometido—. Puedo excusarme al decir que tal vez pienso en material duro —como hierro, como cemento— cada vez que dibujo; sus texturas son tan mínimas que me parece más recomendable observarlas en la tridimensionalidad; sin embargo, tomar riesgos no está de más, y menos dibujísticamente. Un algo nuevo, algo que irrumpe la cotidianidad, algo que avanza.