Así es Canuck, el cuervo que tiene aterrorizado a los vecinos de Vancouver.
Famoso desde hace algunos años por ser especialista en robar todo lo que brilla, en los últimos meses se ha vuelto más agresivo de lo normal.
¿Se imaginan ir caminando por la calle y que, de repente, un pájaro les ataque violentamente con su pico mientras porta un cuchillo en el mismo? Puede sonar a broma, pero muchos vecinos de Vancouver (Canadá) no piensan lo mismo. Y es que Canuck, que es como popularmente han decidido llamar a esta ave, se ha convertido en el terror de una zona de viviendas a la que muchos servicios ya no pueden ni tan siquiera acceder.
Famoso desde hace algunos años por ser especialista en robar todo lo que brilla, Canuck se ha vuelto especialmente peligroso en los últimos meses. Se trata de un cuervo que, desde que llegó a la zona, se ha encargado de utilizar su pico para conseguir todo tipo de elementos metálicos, pasando desde una moneda, a tornillos o incluso herraduras. Pero la violencia con la que se emplea ha aumentado en las últimos meses.
En las últimas fechas, tan agresivo se ha vuelto que algunos servicios de la zona han tenido que anunciar que dejarán de acudir a algunos domicilios, como es el caso de varias compañías de correo, tanto la pública como las privadas, que han anunciado que dejarán de hacer la ruta hacia esa zona de viviendas por los ataques que sufren sus trabajadores. De hecho, los vecinos ya buscan la manera de hacer frente al problema.
Pero es que incluso la Policía ha visto cómo este pequeño animal se ha encargado de amedrentarles. Hace pocas fechas, durante una investigación policial, este pájaro fue capaz de llevarse un cuchillo que estaba siendo investigado como prueba por los cuerpos de seguridad. Este arma fue utilizado para amedrentar a los cuerpos de seguridad por un transehúnte y, mientras era analizada, Canuck apareció para llevársela con el pico.
Y no es la primera vez que la Policía sufre su ira. En dos ocasiones, ha sido capaz de meterse en el interior de uno de sus vehículos y llevarse dos elementos que estaban requisados. El más impactante, varios botones del teclado de un ordenador que se encontraba dentro del coche policial.