Después de un mes... me presento oficialmente.

 Bueno, después de un mes dando vueltas por el mundo Steemit es hora de hablar de mi, más allá de mis narraciones.
 Llevo mucho camino recorrido, he pasado por dictaduras, amores, desamores, matrimonio, divorcio , engaños... es lo que tiene estar vivo. Vives todo. Pero hablar del pasado es aburrido, así que os contaré un poquito de mi presente. 

  Ahora mismo soy madre de @axisyt y @gabiela7816, aunque en casa los llamo Víctor y Gabriela.  Mi nombre es Daniela, escribo en Cointelegraph, gracias a Ramón que me animó a salir de mi agujero, coger el teclado para narrar mis vivencias en las criptomonedas. 

 Por lo demás estoy en paro oficialmente, aunque busco un trabajo que me haga auto suficiente, nunca logro encontrarlo y es que con 39 años (casi 40) ya eres mayor para comenzar en cualquier empresa. Pero ya no lo veo con desesperación, tal vez sea una oportunidad de buscar mi propio camino, crear algo nuevo. Porque después de tanto vivir he aprendido mucho de todo, sobre todo de mi misma. Tengo una discapacidad, lo que me hace tener algunas limitaciones físicas, pero mi imaginación se ha convertido en ilimitada; Como ilimitada ha sido la paciencia de mis padres, siempre apoyándome.

 No puedo hablar de mi, sino hablo del pueblo en el que vivo Paniza, un pueblito extrañamente perdido de Aragón, España. Soy chilena a mucho orgullo, pero Paniza y su gente me ha enamorado como son los amores firmes, mostrándose poco a poco, acariciando poco a poco. 

Cuando llegamos a Paniza llegué sin nada, solo con mi familia a cuestas. Aun así me acogieron en una casita del ayuntamiento. Con mi pareja salíamos poco, yo estaba en una profunda depresión y dormía casi el día completo soñando con volver a Chile... cosa imposible ya que el padre de mis hijos es español y no me permitió irme con ellos tras el divorcio. Reconozco que me vi hundida, con ganas terminar con todo. Pero algo hizo “clic” en mi cabeza, comencé a grabar programas para “Canal Zero” y escribir sobre criptomonedas, volví a creer en mi misma. No soy inútil, puedo escribir y puedo hablar. 

 Comenzamos a salir poco a poco, íbamos al “Bar de Paco”, pronto comenzamos a reparar sus ordenadores o sus teléfonos y él a cambio nos servía  cafés. Y se inició una relación de amistad y consejos. Salimos cada vez más, solo por el pueblo y ver a diario los tractores, los coches detenidos en medio de la calle charlando, sin importar que hayan otros detrás nos dejaba impresionados. Así descubrimos que las reglas de tránsito en Paniza son simples “El que llega primero ocupa la calle” y que nadie pita, salvo para saludar. 

 Paco nos dió una idea, porqué no enseñar a la gente del pueblo a utilizar ordenadores y móviles. Nos miramos y fuimos al ayuntamiento, con un poco de miedo, porque llevábamos una deuda considerable de retraso en el alquiler. Aceptaron nuestra idea. Y así comenzó otra parte de mi historia con Paniza. 

 Pocos habrán tenido la experiencia de toparse con gente mayor de 70 años que no conoce Internet, ni siquiera encender un ordenador. Nosotros nos reunimos con un grupo de mujeres que no puedo definir como otra cosa que valientes. Poco a poco descubrieron google y youtube y que son capaces de viajar virtualmente por el mundo; Esto me hizo descubrir a mi misma internet otra vez. Por cada cosa que yo les he podido enseñar, ellas me han enseñado otras cuarenta. 

 El día que practicamos enviarnos mensajes de voz, vídeo llamadas, cuando descubrieron Facebook, cuando descubrieron que en sus móviles pueden recibir sus correos electrónicos. Cada lunes y martes, se convirtió en una aventura; que sin saberlo, se transformaría en mi curación. 

 Son amigas, mis amigas y me han acogido en su pueblo, porque en Paniza mandan las mujeres. Me invitaron a su asociación, hemos comido juntas y cualquier día a cualquier hora tocan mi puerta con alguna duda o una tarta. Son generosas y de esas personas rotundas con las que se puede contar. 

 Aun estoy en paro, aun me cuesta llegar a fin de mes. Pero doy gracias todos los días por estar en éste pueblo rodeado de viñas, de vino, de fiestas, de ermitas , de Santos que a veces creo que inventan; De bendición a tractores, de huertos, de reglas no escritas: Como que  si te tomas un café en un bar, tienes que tomarte uno en el otro... sino se ve feo. Un pueblo donde te dicen “Ya me pagarás”, aunque intentes por todos los medios pagar. Y si te ven por la calle con mirada triste “Tira, vamos a por un café”; Un lugar donde los niños van por la calle en bicicleta, patines o cualquier artilugio con ruedas. Un lugar donde no tengo miedo. 

 Y ésta es mi historia amigos de Steemit, doy las gracias a todos los que me siguen, a todos los que me sacan una sonrisa en el chat @cervantes. Espero pasar mucho tiempo por aquí y contando mis historias, mis narraciones y cuentos.   

Fotos propias