Esta ha sido una pregunta muy recurrente en mi cabeza en los últimos días: ¿Por qué escribir? ¿Por qué narrar historias ficticias o mundos que no existen?

Es algo muy complejo de describir. Es una pasión muy propia de mi que no recuerdo cuando nació, pero sí lo que ha representado en mi vida.

Creo recordar escribir desde que vi El Señor de los Anillos. Una constante en los fantásticos de la fantasía épica, y una obra muy querida para muchos. No en vano Tolkien es tan querido y popular.

Es cierto: alguna vez quise ser como Tolkien, y tener una obra magna llena de detalles y magia que algún día impacte a generaciones enteras. Ser un rock star de la literatura.

Creo que no soy el único. Y probablemente no el mejor preparado para lograrlo. No estoy en capacidad de escribir un “Bestseller”. No en la actualidad, pero quizá en un futuro.

No quiero serlo ahora, la verdad. Escribo no porque me apasione llenarme los bolsillos y lucrarme de mis historias, sino por el placer de dar vida a personajes recurrentes en mis sueños, e incluso sueño despierto con eso.

Mi motivación es construir un imperio ficticio dónde vivan mis sueños e historias. Donde aquello que siempre soñé viva aventuras que sólo pueden narrarse, por ahora, en la escritura.

¿Qué me depara el futuro?

Me encanta hacerme es pregunta. Mi vida está en constante cambio: estoy por graduarme de licenciado en Física, ayer (metafóricamente hablando) era Barista, y hoy parece que mi futuro está en el Marketing Digital, o las cryptomonedas, pero seguro en un ámbito digital.

La única constante son mis ganas de escribir, por eso este blog, por eso estas ganas eternas de escribir y contar lo que alguna vez soñé o estoy por soñar.

Gracias a esto existe Zeruel, mi querido Dragón Azul. Por eso existen miles de personajes más que irán conociendo poco a poco si se quedan en mi blog.

Mi motivación está en algún día, sin importar a dónde vaya o qué profesión ejerza, tener la oportunidad perfecta de dejar salir mis pensamientos y escritos en narrativas que sean dignas de reconocimiento.

Y mi sueño dorado: escribir los guiones para muchos videojuegos.