¡Hola!

Como muchos saben, afortunadamente me gano la vida haciendo lo que más me gusta y lo que creo que mejor sé: Escribir. Sin embargo, desde que era niña me he dedicado a aprender diversas actividades manuales. Es así como sé: coser, tejer, bisutería, encuadernar, pintar y mucho más. Por diversos motivos, desde hace algunos años ya no hacía nada de esto. Pero todo coincidió con las fallas nacionales en el servicio eléctrico en Venezuela; fueron días de oscuridad, caos, incertidumbre y de muy poco que hacer.

Uno de esos días recordé que tenía unos vinilos guardados y una tarde de mediana normalidad donde había electricidad, salí, compré pinturas y comencé con esto de las mandalas. Debo decir que las primeras no quedaron muy bien (según yo). Siempre he sido una persona impaciente por naturaleza y pude haberlo dejado así, pero no. Se trataba de tener las manos desacostumbradas a cualquiera de las cosas que hacía antes, así que sabía que tarde o temprano iba a obtener los resultados que estaba buscando, era cuestión de práctica y paciencia. Y finalmente lo logré.

¿Por qué mandalas? no lo sé, la decisión de hacerlas en un principio se basó en algo meramente estético, pero sin buscarlo, pintarlas significó un reencuentro conmigo misma. Yo no veía (ni veo aún) las mandalas como algo místico, aunque con los días he notado cambios en mí. He logrado crear un equilibro dentro de todo el caos, trabajar mi paciencia y entender que hay situaciones que escapan de mi control. Al final, se ha tratado de saber manejar todo con las herramientas que tengo a mi alcance.

Mi trabajo (el de copywriter) depende 100% de tener electricidad y servicio de internet. Durante esos días, en los que empecé a pintar no pude trabajar y aunque al menos en mi ciudad ya está normalizado, las fallas dejaron daños en cuanto a mis instrumentos de trabajo (específicamente internet y computador) y la cantidad de trabajo que tenía habitualmente disminuyó considerablemente.

Todas estas semanas he continuado con el trabajo de redacción que aún conservo de las maneras que puedo y durante mi tiempo libre me he dedicado a pintar. Ha sido mi forma de resistir al caos.

Luego de haberlo pensado, decidí vender las mandalas que he estado haciendo para ayudarme con los gastos y además abrir una cuenta en Ko-fi.

Si te gusta mi trabajo y quieres apoyarlo de alguna forma, puedes hacerlo:

-Compartiéndolo para que llegue a más personas.
-Con la compra de alguna mandala ([email protected])
-También puedes "invitarme un café" por Ko-Fi (Una página en la que puedes realizarle una colaboración a un artista por el valor de un café):
https://www.ko-fi.com/danielaalbarran

Cualquier forma es un valioso aporte para seguir haciéndolo.

En mis cuentas de Instagram están los diseños disponibles, los procesos y resultados finales (también hay gatitos):

https://www.instagram.com/arte.samadhi
https://www.instagram.com/daniealbarran

«Samādhi es un estado de conciencia de meditación, contemplación o recogimiento en el que se siente alcanzar la unidad con lo divino. El yoga es un camino hacia este nivel de conciencia, la pintura de un mandala o la repetición de un mantra»

Con amor,
Danie.