Todo puede pasar esta noche II

¿Qué es esto?, puedo sentir su presencia, oigo sus pasos cada vez más cerca, siento su respiración, algo me recorre frío como el acero por todo mi brazo siento el filo muy cerca de mi piel, roza mi cuello y me ata, sujeta mis manos, y justo cuando estoy apunto de hablar con un pañuelo suave cubre mi boca evitando que diga una palabra si quiera.

Siento como se abre una puerta y como de repente me cargan y de un movimiento brusco ya estoy dentro, era un auto, se cierra la puerta, cada vez está más cerca de mi, ahora el espacio es más reducido el corazón se me acelera y la respiración más, cada vez está más cerca de mi, el frío ya no es tan frío es más caliente ahora poco a poco me recuesta en el asiento y allí justo allí.

Ya no estoy atada y logro tocar, lo siento, está allí puedo tocar su rostro, su cuerpo, no está vestido, es él, me ha capturado en mi momento más débil puedo sentir como pasa sus manos por mi cuerpo con suaves caricias, mis piernas las aprieta y rasguña de un solo movimiento mi bata de seda desaparece de mi cuerpo y allí me encuentro vulnerable ante su magnitud me permite tocarlo y sentirlo encuentro su sexo, está erecto rígido y con suaves palabras me dice al oído, -esto me pasa solo con verte-

En ese momento no sé quién es el más débil si él o yo, ya sentía el cosquilleo recórreme, entrar por mi vagina y llegar hasta mi pecho, aún no es dentro de mí y ya siento que lo quiero adentro. Sigue con sus toqueteos por el cuerpo cuando decido tomar el control y ahora está el contra el cojín del asiento y yo arriba, pero esta vez soy yo la que empieza a besarlo desde sus piernas hasta arriba.

Allí me encontraba con su cara entre mis piernas y su lengua en mi feminidad, mientras yo quería debilitarlo y con mis manos tomó su miembro y con movimientos continuos de arriba abajo lo llevó a mi boca y lo introduzco, lo disfruto saboreo a pocas les gusta hacerlo pero yo lo hago por placer para ambos, dos o tres veces más lo escucho gemir y decir que ya lo tengo en extasis -me encantan tus mamadas- son sus palabras.

Suave y profundo me penetra -ahh, uhh, ahh-, -me encantas, si si-, -seré agresiva contigo por darme ese susto- -haz conmigo lo que quieras-

Dejo mi marca en su cuerpo, su espalda es un lienzo para mis rasguños de excitación entre salto y salto jalo su cabello con fuerza y el sexo se vuelve más salvaje, más fuerte, más rudo, más intenso, se empañan los vidrios del carro que estaba cerrado, los movimientos tan fuertes hacen que se mueva todo el carro, gritos y más gritos, gemidos, nalgadas y forcejeo allí estábamos los dos a punto del orgasmo.

Nos deteníamos por un segundo pero no podíamos pasar dos sin estar disfrutando, mojada completamente le decía -que rico mira cómo me tienes completa para ti, hazme tuya- y el solo decía -ya me voy a venir pero tú estas riquísima hoy- cuando estoy casi lista le digo -quiero que acabemos juntos y ya estoy muy mojada mancharé tu carro-

-si, ahh uhh, oooh que ricoooo- -hazme gritar de placer, hazme acabar siii-

Y de un grito ambos llegamos a donde queríamos, la respiración a mil, llenos de sudor, cuerpo contra cuerpo, allí nos encontrábamos cuando una luz se encendió, era su yesquero, abrimos las puertas y continuamos allí acostados cuerpo a cuerpo hasta refrescarnos.

Un cigarrillo saco de su guantera y lo encendió, se levanta va hacia la puerta y activa el breque de la luz, todo se enciende arriba y el sótano aún apagado solo llegan pocos rayos, me da un beso con sabor a cigarro muy mal sabor para mi gusto pero lleno de placer me da mi bata de seda y me dice