Todo puede pasar esta noche.

Era una noche oscura y fría, me encontraba ya acostada disfrutando en mi soledad de una película, cuando de repente un viento fuerte abre mi ventana y todo se apaga se fue la luz en la casa y con eso llega un frío inclemente.

En ropa interior me encontraba y decido buscar una bata de seda para cubrir mi cuerpo y buscar unas velas que me servirían para alumbrar y calentar un poco el ambiente. Con suerte conseguí una vela pequeña en mi habitación y después de prenderla decido dar un recorrido por la casa para ver si todo se encontraba bien.

Cuando de repente escucho sonidos fuertes y extraños provenían de abajo, hacia la zona de la cocina me armo de valor y bajo las escaleras, descalza y con poca ropa solo con la llama de la vela como compañía voy despacio y cada vez con el corazón más acelerado.

Al llegar a la sala veo que las ventanas están entre abiertas y cerradas, se oye un ruido se tranca una puerta de golpe, los silbidos del viento cada vez más fuertes logran asustarme un poco y aún en la cocina escuchaba movimientos.

Cuando ya estoy allí no veo nada solo una sombra que va directo hacia lo más oscuro del sótano de mi casa escucho como una voz proveniente de allí, me está llamando quiere que baje, insiste persistentemente no queda más nada que hacer estoy yo sola con mi vela en oscuridad y ya no podía mirar atrás.

Decido bajar y cada vez la voz es más clara, veo una silueta una mano es una mano que se refleja con la luz de mi vela está por detrás de mi, un viento fuerte frío y sombrío entra por las ventanillas y de un solo golpe apaga mi vela mi única compañía.