Deje la ciudad siguiendo los rastros del sol.
Deje la ciudad, buscando un respiro en el interior del país, buscando nuevas perspectivas que me abrieran el recorrido, siguiendo los rastros del sol. El pueblo de calabozo me abrió con sus miradas y entonces ahí, pude retratarlo en sus amaneceres, sus casas pintorescas y su ritmo cotidiano.
Casas humildes, algunas en construcción se levantaban sobre la atmósfera terrestre de un pueblo pintoresco, llamativo y algo cautivador.
Pese aun de las incomodidades que sufre todo pueblo entero en este país, pude rescatar algunas imágenes que a la vez resultaban bellas.
Al arrancar el día, la cotidianidad marcaba un ritmo avanzado a través de la parsimonia en medio de muchas veces, un caos que resultaba pueblerino, por llamarlo de una manera.
Pero aun así, en medio de la diáspora que consistían en dejar sus casas desde el despuntar del alba, desde muy temprano los pobladores salían a las calles, para empezar a buscar como ganarse el día y para alguien como yo proveniente de la ciudad, me resultaba todo esto, un caos hasta romántico y muy atractivo.
La nostalgia y la melancolía parecía acompañar estas horas muertas, que solo servían para pensar, sobre la complejidad de nuestra existencia o al menos así lo ejercía yo.
En estos pueblos nunca te dejaran de sorprender también el carisma de sus pobladores, el calor de su gente, cuando te comparten sus relatos, historias, experiencias de sus vidas.
En uno de esos días, me encontré en la casa de una de las señoras conocida por tener uno de los mejores huertos de la zona con buenas plantas medicinales. Ella contó anécdotas de su vida, su recorrido desde la su juventud hasta nuestros tiempos. Nos dejaba su reflejo de la dicótomia que existe entre la juventud de antes y la de hoy en día:Ahorita todos esos muchachitos con esos celulares, ya no juegan perinola – comentaba – antes se hacían más comparsa, mas reuniones, las cosas han cambiando, todo es pura tecnología, ya nadie se reúne.
Calabozo me regalo sus colores, sus atardeceres, sus nubes con sus arroceras de fondo, sus caminantes de pasos transitorios, sus horas, sus melancolías y anhelos.
Siento haber quedado corto y mas por lo pronto de mi estadía y retirada, quede con ganas de mas y en una próxima oportunidad, espero seguir recorriendo, conociendo y retratando el Occidente de mi país con sus caseríos y poblados, como lo fue el pueblo de Calabozo ahí en el estado Guárico de mi amada Venezuela.
Ese es el lado negativo delas redes sociales y el avance tecnologico ;(
Así es, mucha tecnología a roto esos espacios de encuentros :(. Gracias por su votos amigos @goya .. Un caluroso saludo.
@dacas, I gave you a vote!
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Muy buena reflexión, las cosas han cambiado mucho, realmente es así.
Gracias por leerme! Así es las cosas han cambiando, por eso siempre hay que ver como se resiste jejeje. Saludos!