LA ANOREXIA DEL ALMA
Suena un poco extraño escuchar o relacionar una cosa con la otra, creyendo que ambas expresiones o condiciones, están alejadas totalmente en sí mismas; sin embargo en ambas observamos una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales.
La anorexia consiste en un trastorno de la conducta alimentaria (TAC) que supone una pérdida de peso provocada por el propio enfermo y lleva a un estado de inanición. Se caracteriza por el temor a aumentar de peso, y por una percepción distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el enfermo se vea gordo aun cuando su peso se encuentra por debajo de lo recomendado. Por ello inicia una disminución progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos.
En este mismo orden de ideas, cuando nos referimos al alma, se ha de saber que la misma es “El almacén” de nuestras emociones, es el asidero de nuestra conducta emocional y sentimental.
Ahora, enfrentar los retos de la vida, con los diferentes aspectos desafiantes que esta presenta; crisis, inmoralidad, corrupción, etc. Sin las provisiones necesarias, bien conservadas o correctamente utilizadas en nuestro “Almacén” nos llevaría al consumo obsesivo y nervioso, de esperanzados deseos de prontas soluciones al sin fin de problemas que nos acosan, que luego por un inestable estado emocional, estaría dando paso a la expulsión brusca de vanas esperanzas de las que nos hemos alimentado. Absorbemos los distintos problemas que observamos en el día a día, nos sobrecargamos con ellos para luego de manera abrupta expulsar por medio de acciones violentas, y de otro tipo, lo que ha estado alimentado nuestra alma. Sin duda alguna, esto redunda en un trastorno de conducta que se refleja en el estado anímico de las personas; perdida del interés en alimentarse de buenos deseos, o por lo menos de conservarlos, una percepción distorsionada y delirante del propio ser humano. Ante esto, surgen preguntas como: ¿Estoy siendo tonto, débil, pasivo? ¡Que me importan los demás! Esto da inicio a una disminución progresiva de todo lo que hasta ahora había sido el alimento nutrido de nuestra alma. Vivimos ante una sociedad ANORÉXICA DEL ALMA.
JESUS dice: “Venid a mi todos los trabajados y cansados que YO lo hare descansar”