Los padres siempre tendrán una ventaja obvia sobre los hijos: ellos han sido jóvenes, hijos adolescentes; mientras que los hijos aún no son adultos ni padres. Es cierto, los tiempos cambian y muchas veces las diferencias generacionales crean abismos de incomprensión, pero es sólo mientras tanto. Cuando los hijos crecen, llegan a adultos y se convierten en padres, allí es cuando pueden comprender a sus padres e identificarse con ellos, porque entienden lo que ha costado llegar allí, la responsabilidad, los riesgos, las circunstancias económicas, políticas, sociales, etc. Es algo muy difícil de entender cuando las hormonas se multiplican, la vida pasa por la ventana y el espíritu de rebeldía adolescente clama por libertad, pero creo que el enfoque debería ser opuesto, decirles: "Sabemos que no es fácil ser padres" y agregar un "aprendamos juntos". Saludos y gracias por compartir.