Madame Bovary, seguridad inaccesible que excita y desafía todo juicio.
Madame Bovary, la obra maestra de Gustave Flaubert, todavía despierta interés en la actualidad. La figura de Emma Bovary, convertida en un personaje arquetípico de la literatura y el cine, sigue vigente como símbolo de la insatisfacción vital de la clase media y de la mujer inconformista que no se resigna a llevar una existencia rutinaria y monótona dentro de los límites impuestos por la sociedad patriarcal.
También una obra de rico trasfondo histórico, una novela por cuyas páginas resuenan las tensiones políticas y sociales de su época, siendo también una crítica a la sociedad burguesa del siglo XIX, posterior a la Revolución francesa y al gobierno absolutista de Napoleón en Francia.
Aunque el escritor nunca llegó a comprometerse políticamente con la sociedad de su tiempo, como sí hicieron Victor Hugo (diputado durante la Segunda República) o Émile Zola (que se implicó en el caso Dreyfus), en su novela se puede observar una crítica directa a la burguesía, un ataque frontal a un estamento que salió fortalecido de la Revolución de 1848 (levantamiento que, como Marx en su famoso ensayo El 18 Brumario de Luis Bonaparte, siempre criticó Flaubert) y que acabó beneficiándose del posterior golpe de Estado bonapartista.
La protagonista, Emma Bovary, es una joven campesina que se encuentra hastiada ante la constante tranquilidad de su vida: tiene una casa, un marido amoroso, una hija que heredo su belleza y la ama … Había alcanzado la posición de estabilidad marital y familiar que muchas jóvenes de su época aspiraban, pero todo esto no la llenaba, porque Emma ansiaba vivir al límite.
Primera parte
Tras su infancia, y teniendo terminados sus estudios en una escuela de provincia y la facultad de Ruan, Charles Bovary, recién trasladado a Tostes para ejercer como médico, se casa con una viuda por expresa petición de su madre, aunque la relación no será duradera debido a que esta primera esposa de Charles fallece poco después del enlace. Después de la muerte de su primera esposa y, debido a su trabajo, Charles debe visitar en una granja al señor Rouault y allí se encuentra con una bella joven, la hija del señor Rouault llamada Emma. Charles se enamora de ella y le pide al señor Rouault la mano de su hija en matrimonio. Ella consiente y se convierte en la señora Bovary.
Madame Bovary, asidua a la lectura de novelas románticas, tiene unas ideas sobre el matrimonio que no llegarán a corresponderse con su relación con Charles. Después de una visita a la casa del marqués de Vaubyessard, Emma vuelve a fantasear con una vida idílica y privilegiada. Pero la vuelta a la realidad, a una vida aburrida junto a su marido, hace que Madame Bovary caiga enferma. Para su recuperación, Charles decide cambiar de aires, y trasladarse a un pueblo cerca de Ruan, Yonville. Donde su vida seguirá siendo igual de monótona.
Segunda parte
Cuando se trasladan a Yonville, Emma está embarazada, dará a luz a una niña a la que llamarán Berthe pero Madame Bovary no ejercerá de madre prácticamente en ningún momento. En Yonville, la familia Bovary conocerá a sus nuevos vecinos: el señor Homais, el farmacéutico, junto con su familia; el señor Lheureux, un comerciante un tanto manipulador; la señora Lefrançois, dueña del Lion D'Or, y otros como los señores Tuvache, Guillaumin... Entre todos estos vecinos, se encuentra Léon Dupuis, que simpatizará con Emma. Su pasión por el mismo tipo de literatura los llevará a un amor imposible. Ante esta situación, Léon decide marcharse a Ruan y seguir con sus estudios. El aburrimiento de Emma provocado por la falta de objetivos personales y de intereses en cosas concretas en su vida, así como el deslumbramiento por el lujo y el poder económico, la llevarán a empezar a coquetear con Rodolphe Boulanger, un donjuán de provincias de Yonville. Madame Bovary y Rodolphe se convierten en amantes. Emma se escapa por las noches para ver a Rodolphe, y llega a ser tan grande el amor que siente por él, que le propone una fuga de Yonville, los dos juntos. Rodolphe acepta, pero en el momento de la fuga, cambia de opinión y deja a Emma plantada. Le escribe una carta que hace enfermar nuevamente a la señora Bovary. Antes de la enfermedad, Madame Bovary contrae numerosas deudas con el señor Lheureux, deudas que aumenta Charles tras la recaída de Emma. Después de la lenta recuperación de Madame Bovary, Charles decide llevarla a Ruan, a la ópera. Allí se encuentra a Léon Dupuis.
Tercera parte
León se convierte en el nuevo amante de Emma, que finge ir a clases de piano para encontrarse clandestinamente con el pasante. Ella sigue contrayendo deudas y firmando pagarés con el señor Lheureux, dejando a su familia con una enorme cantidad de problemas monetarios. Ante esta situación de graves problemas económicos y el abandono de sus amantes, Emma se encuentra desesperada, y decide acabar con su vida. Acude a la botica de Homais, e ingiere una cantidad de arsénico en polvo. Poco tiempo después fallece en su cama. Después de su muerte, la situación de Charles también es crítica. Embargan su casa y todos sus bienes, ya que no puede hacerse cargo de toda la deuda contraída por su esposa. Además encuentra una carta que Rodolphe escribió a Emma para despedirse, descubriendo así que ella le era infiel. Aunque todo esto no es motivo suficiente para que Charles deje de amar a su fallecida esposa. Posteriormente, Charles encuentra las cartas escritas por León a su esposa, las cuales sí son claramente comprometedoras y no dejan dudas sobre el adulterio cometido. El señor Bovary, finalmente acabará muriendo y dejando a la pequeña Berthe huérfana. Como la madre de Charles también muere ese mismo año y el padre de Emma queda paralítico, acaba siendo enviada a vivir con otra tía suya y trabajando en una fábrica de hilados de algodón.
Emma, esclava de mil prejuicios. Abismo entre ilusión y realidad. La distancia entre deseo y cumplimiento. Más que la deuda le dolió el desengaño.