Cualquiera que haya vivido una vida plena tiene algo que compartir con el mundo.
Cuando pienso en el primer recuerdo que registra mi mente, me traslado inmediatamente a observar a una niña sentada en el suelo de la que fue la casa de mis padres con mi juguete favorito en las manos, al que cariñosamente llamaba “chatan”. Cuando le pregunte a mi madre por este recuerdo inconcluso (pues solo recuerdo que el extraño juguete me lo regalo mi padre acompañado de una lata de pirulin), ella me comento que tenía menos de dos años.
Ahora bien, soy Abogado en un país donde no hay estado de derecho, no hay seguridad jurídica, no hay división de poderes e imparcialidad de las instituciones. Ejercer es un reto que conlleva al reconocimiento... Ese país es: Venezuela.
Soy adicta al conocimiento, buena para las letras, melómana, lectora, filosofa existencialista y cantante frustrada.
Disciplinada solo como respuesta a una intensa naturaleza para crear hábitos y definir el carácter. Razonable, determinante y leal a mis convicciones pero con un grave problema en terminar algunas ideas, trabajos y relaciones. Escribo como ejercicio imprescindible a la premisa de qué al igual que la palabra, el escrito también tiene poder, soy creyente de escribir en cualquier trozo de papel condenado a perderse, mis preferidas: esquinas, facturas y servilletas. Supongo que ya no puedo huir más de mi yo millenial y crearme un blog con el delirio de que me lean.
Me interesa el arte y la ciencia, sobre todo la manera en la que han interactuado en la historia de la humanidad, también me interesa la reivindicación de la gerencia pública y fomentar el retorno de la meritocracia. Así que mi contenido irá dirigido a estos temas, junto a temas jurídicos, temas políticos y sociales -es imposible no hacerlo- cuando se vive en un país subdesarrollado con un gobierno corrupto y un pueblo pobre e ignorante. Y por supuesto, una que otra experiencia personal que podría ser de interés, he llegado a la conclusión de que a mi edad tengo más cosas vividas que años cumplidos.
Arte como terapia para el terror que produce el ser humano, ciencia como una forma de pensar con objetividad y el Derecho como resultado de su mezcla, pues, es una ardua tarea, mantener la convivencia, no solo en una sociedad, también en el mundo.
Trato de aprender de filosofía, poesía, pintura y literatura, es una manera de sobrevivir, me dan las palabras que no tengo y la expresión que no tienen las palabras. Me refugio en la música... a todo volumen, siempre, cualquier género. Exceptuando el rock y el reggaetón.