¡A comer Suchi!
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Aquellos tiempos en los que podíamos decir: "vámonos a comer Suchi" y la quincena alcanzaba para dar un paseíto, entrar al cine y compartir con amigos y familiares un heladito. En mi Venezuela de antier vivimos emociones intensas, hacer las colas para ver un estreno cinematográfico, para comprar la entrada para un concierto, o un pasaje de avión. Aún mucho más divertido comprar un ticket para subir a los carritos chocones, en fín siempre buscando subir la adrenalina.
Actualmente los venezolanos vivimos en movimiento, activos todo el día. La economía de hoy no nos permite estar quietos concentrados en un sólo pensamiento; comida, pasajes, hijos, trabajo, ingresos y demás quehaceres que para el humano común es algo simple y trivial. Para todos aquéllos que permanecíamos inertes, esperando un acontecimiento popular, comunal, familiar o nacional que nos alborotara, algo así como el béisbol o el Mis Venezuela, eso ha cambiado. El dinamismo del venezolano lo ha llevado a pensar en su bien particular, en la sobrevivencia de la familia y ha apartado de su espíritu la solidaridad, el compañerismo, la familiaridad, la fraternidad.
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Dios nuestro Señor siempre presente en la mente y en los corazones de toda la humanidad, nos dará la fortaleza necesaria para discernir entre estar quietos o mantenernos en movimiento, de tu fe y de la mía depende que los venezolanos empecemos a reconocernos, amarnos, respetarnos y valorarnos.
Por aquí hoy y hasta siempre:
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