Hechos
No sabemos lo que somos hasta que ocurre algo que nos fractura el alma.
Siempre he pensado que no importa la magnitud de los problemas, dolor es dolor y sin avisar nos quema, nos daña y nos deforma.
Hace un año no sabía quien era, o por lo menos, no me preocupaba por saberlo. Pasé por cosas que todo ser humano atraviesa: amor, dinero, estudios, trabajo, familia, responsabilidades, nada estaba bien, perdí el control del hilo de mi vida y todo esto hizo que me quebrara, y es que a veces es difícil aceptar que somos nosotros mismos quienes más nos lastimamos, porque la tristeza es adictiva.
Pasé meses sumergida en mis pensamientos ¿Por qué a mí? ¿Cuando dejaré de pensar en esto? ¿Cuándo dejaré de sentir que respirar duele? No había respuestas, solo éramos mi mente y yo, incluso cuando estaba rodeada de personas, era imposible callar mi propia voz.
Toda una tortura.
Estudio una carrera en la que escribir es un arte más que un oficio, y simplemente una noche tomé un viejo cuaderno y un bolígrafo, comencé a escribir lo que sentía, lo que pensaba y lo que imaginaba. Poco a poco me enfoqué en ello, olvidando la tristeza que cargaba, y aunque eventualmente volvía, cada escrito era un peso menos en mi alma y una voz más que se alzaba.
Con pena y pánico al rechazo comencé a compartir mis escritos con las personas que apreciaba, me armé de valor y mostré aquello que reflejaba mi alma. Con humildad y admiración me leyeron y me aceptaron, y después de tanto aún me leen y me apoyan.
Con el tiempo había quienes se identificaban con lo que yo escribía, se sentían felices, melancólicos, tristes, enamorados, nostálgicos... Pero sobre todo, me sentían en cada palabra, y eso es lo importante, lo más hermoso, el sentimiento.
Esas personas nunca reflejaban sus emociones a la vista de otros, porque los marginaban. Pero aquí estoy yo, hablando por ellos; no están solos.
El dolor y la tristeza han hecho que yo me encontrara, supe qué hacer con esos sentimientos, con mi pasado y mis inseguridades. Algún día quiero hacer arte con las palabras, hacerme escuchar y así ser ataraxia en el alma de muchas personas, así como las que me aman lo son para mí.
Ataraxia 2018.
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