CONTRA EL PRAGMATISMO
He aprendido a hacer cosas que no sirven para nada, que sólo me reportan satisfacción personal. Generalmente quedan circunscritas al ámbito más cercano, y carecen de proyección exterior. Hay allegados que me preguntan: “¿Cuánto te pagan?”. Y, cuando les contesto que nada, estiran el cuello hacia delante, abren los ojos y me dicen. “¿Entonces, por qué lo haces...?”. Así he terminado, en colaboración con mi amigo Antonio Merino, ediciones anotadas de media docena de comedias del Siglo de Oro (Lope, Calderón, etc.) que nos han llevado muchas horas de trabajo y no nos han reportado ningún beneficio económico. Digo “que no sirven para nada” porque son libros que raramente despertarán la atención, salvo entre los estudiosos; pero hemos disfrutado desentrañando versos, y nos queda la satisfacción de haber concluido un trabajo bien hecho, difícilmente superable.
Fuente: utmbmontblanc.com
Este fin de semana se ha celebrado por territorio alpino de Francia, Italia y Suiza el “Ultra Trail del Mont Blanc” (UTMB), la carrera más prestigiosa del campo a través: 167,5 kilómetros de recorrido con un desnivel positivo de 10.000 metros en medio del frío, la fuerte lluvia y la nieve. Dos mil quinientos corredores comenzaron la prueba: el vencedor llegó a meta ayer, 19 horas después de iniciarse la carrera; todavía hoy, 24 horas más tarde, siguen y seguirán entrando participantes… Me dicen que los momentos más emocionantes, las mayores ovaciones se las llevan, no los vencedores, sino los que en continuo goteo llegan cuarenta, cuarenta y cinco horas, cincuenta horas después del comienzo: hombres y mujeres destrozados pero felices, desencajados de físico pero exultantes de ánimo, exhaustos de cansancio pero triunfadores de sí mismos. Estos aguerridos hombres, estas bravas mujeres ponen su vida sobre el tablero de la extenuación a cambio de nada. Solo las personas más cercanas de su entorno tenían noticia de la prueba, y solo ellas saben de las muchísimas horas robadas a su tiempo libre para preparar durante años un reto de tal envergadura. ¿Qué remuneración reciben estos miles de personas anónimas que, de manera tan desaforada, se echan al monte? ¿Quiénes atienden a su gesto? ¿Quiénes aprecian su gesta…? Casi nadie. Pero, al menos, serán orgullo para sus padres y ejemplo para sus hijos. No es poco.
Conceptos como constancia, disciplina, esfuerzo, sacrificio, perseverancia, discreción o empeño son valores olvidados, cuando no menospreciados, en una sociedad que se siente mucho más atraída por el relumbrón, la trampa, el pelotazo, la ostentación, el engaño, el escándalo o el oropel. Todavía recuerdo con vergüenza cómo el ayuntamiento de este balcón al mar en que habito sufragó un coche con altavoces y un teléfono gratuito para que los vecinos apoyáramos a un no sé quién que concursaba en Gran Hermano…
Tengo la seguridad de que no lejos de mí también hay personas tesoneras y antiutilitaristas. Hoy mismo Iván Moleón ha conseguido culminar en treinta y cinco horas los 167 kilómetros del Ultra Trail del Mont Blanc. Estoy contento porque es hijo de un buen amigo mío, porque también vive aquí mirando al mar y, sobre todo, porque reconforta saber que junto a nosotros quedan hombres fieramente humanos.
¡Qué belleza de prosa y qué extraordinaria reflexión! Me he emocionado al leerlo.
Que hermoso! Estos actos de esfuerzo, superación y satisfacción personal, nos lleva a la reflexión, muchas veces corremos la carrera de la vida, desenfocados con las intenciones incorrectas y sin ninguna motivación, gracias por compartir este post. Bendiciones
Sí, amigo Joss Tivar. A veces atendemos sólo a lo más superfluo.
Enhorabuena por tan bello artículo
Ninguna mina de oro podrá pagar la satisfacción personal en el hacer. Y sólo el cielo lo sabrá realmente, pues es hasta allí, donde llegarán nuestros suspiros.
Muy linda reflexión @conversus.