"Concurso Cervantes: 1ª Entrega". La isla del tiempo (Original)

in #spanish7 years ago (edited)

Hola, me presento, soy Horacio Ventura, un relojero perdido en esta isla del tiempo, en donde he llegado al final de mis días aquí, en esta costa ya vacía en donde me he convertido en raíz, en palo o en tronco, esperando durante una eternidad la presencia de quien marca los momentos. Parte de mi cara la ha borrado el viento y la otra ha caído en el suelo, y sobre esa arena suave y cálida descanso sin aliento

Nunca logre ver ni su mas lejano reflejo, solo un montón de relojes que simulaban lo que el a diario estaba haciendo, pero no, no me creí ese cuento, se que lo que expresan es falso o no tiene suficiente argumento, porque quien dice que es así realmente como se expresa el tiempo.

Aunque si hay manera de saberlo, a través de su peculiar transitar, que deja indicios que te pueden explicar cual es su accionar o como va su caminar, y también cuando empieza y hasta donde puede llegar. Por eso creo que tiene un aliado que al lado suyo siempre va a estar, ayudándolo a determinar la vida en este mundo que nunca para de girar.

El espacio, es este amigo inseparable, que con las modificaciones que el hace en el universo, en el mundo y en la humanidad, es lo que permite ver al tiempo pasar, porque que seria si nunca pudiéramos ver al sol subir o bajar, o ver a la luna alumbrando en lo alto nuestra oscuridad, que seria sin poder ver los años transcurridos en personas que ya tienen una avanzada edad, ver sus arrugas o ver a un joven con su piel llena de virginidad.

Yo aun vivo, y eso lo se gracias a esos dos amigos, aunque no me crean lo que digo, aun vivo, así como vive ese mar salado que todos los días me salpica con su llanto entristecido, entristecido no por mi, ni por mi mal aspecto, sino por los mal queridos relojes derretidos, que pareciera que los han dejado en el olvido, ya a los sobrevivientes no les importa los segundos, los minutos o las horas, solo viven prestándole atención a su quehacer infinito.

Y ni hablar de los relojes de bolsillo, sera que no recuerdan el gran lujo que era exhibirlos, de su magnifica elegancia y de su perfecto tiempo atribuido, ya es tarde, pues se han llenado de bichos, a lo mejor provienen de su antiguo dueño, que lo dejo ahí por eso mismo.

Lo importante es que aquí sigo, con la esperanza de ver al señor del tiempo, aunque se que es una utopía que nadie a cumplido, pero por lo menos me quedan estos relojes que podría vender como algún día por doquier eran vendidos, exhibiendolos como pueda, con mi ultimo brazo extendido.

El tiempo no perdona, ni a quien le colabora como su fiel hijo, igual todo se desgasta, todo se envejece, todo cambia a aspectos que pierden sentido, derretidos o con grietas acabamos, así como se pueden apreciar las mías, que demuestran claramente la vida transcurrida.

Quizás alguien me engaño y fue el peor lugar escogido, una playa vacía en la que solo se escucha un fuerte soplido. Debí haberme ido, pero ya de nada vale el lamento, el reloj no se paro y siguió su curso establecido, me dejo sin piernas, sin un brazo y como una rama seca, frente a este mar gigantesco y frío, donde me tocara quedarme por siempre, con mis relojes derretidos.

Pero un momento, estoy narrando como si no hubieran pasado millones de años y como si la humanidad no se fuera extinguido, la contaminación tan atroz acabo con ella y con todas las capas que al planeta le daban abrigo, ahora el sol pasa inclemente, derritiendo a los metales mas finos, haciendo al tiempo mas lento, como si el mundo se fuera detenido, el peso de los relojes cae, pero de una manera sin sentido, sin embargo la hora sigue marcandose, tal parece que ante el sol no se ha rendido.

No se realmente lo que ocurre, pero se todo lo que ha pasado, gracias a la persistencia de mi memoria, que siempre me hace recordar quien soy y que es lo que aquí realmente hago, así mis días de un tiempo para acá sean siempre iguales, despertando con un reloj tendido en mi ultimo brazo que ya se va a partir, el que trato de mantener con equilibrio para poderlo exhibir, y uno en la cara que solo me hace escuchar su Tic Tac que me anuncia que ya falta poco para la hora en que estoy destinado a morir. Cualquiera se volvería loco, pero sin embargo yo sigo aquí, con mi memoria intacta, que continua transitando junto a mi, al igual que las horas y el tiempo, que nunca tendrán fin.

Concurso patrocinado por el witness @cervantes. Voten por el en la siguiente página: http://www.steemit.com/~witnesses





Fuentes:
Imagen 1
Imagenes 2, 3, 4 y 5 Pixabay.com
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