Dedicatoria

A dos idiotas

Prefacio

Lo nuestro fue algo breve, con principio espontáneo, no más de 3 páginas, sin palabras de relleno, incluso sin final conciso,  lo nuestro fue como un micro-cuento de esos crueles y cortos, pero fascinantes, tanto que lo lees una y otra vez, imaginando involuntariamente su continuación. 

Capítulo I: Fosfeno

No logro entender, por qué algo tan efímero afecta de esta manera tan eterna, el reloj se multiplica y los días pasan lento, cierro mis ojos y releo nuestros momentos, siento que te tengo, los abro y ya no estás, o quizá nunca estuviste y todo este tiempo solo fuiste imaginado. 

Capítulo II: Batallas

Constantemente peleo conmigo misma, me abstengo a buscarte, lucho por no escribirte y obligo a mi silencio a que te grite en voz baja, soy incoherente lo sé, ni yo entiendo lo que sucede, pero ¿no se trata de eso? de no entender nada, de dejar que pase, que te atropelle, que fluya, como siempre sucedió, sin muchas preguntas, con pocas respuestas.

Capítulo III: Metáfora

Caminábamos kilómetros riéndonos, queriéndonos,  pisándonos a veces, chocando incluso, pero caminamos. Y ahora nos frenamos en medio del camino preguntándonos ¿a dónde vamos?, ¿realmente tengo ganas de ir?, ¿cuál es el camino correcto? ¿qué estamos haciendo? tantas respuestas para aquellas preguntas y solo das por hecho que no sabes caminar. 

Capítulo IV: En matemáticas

Fuimos dos líneas asíntotas, que poco a poco se acercaron demasiado, pero a falta de valentía y exceso de cálculos jamás llegaron a tocarse.

Capítulo V: Aquel beso

9:45 pm

La estación de tren fue testigo de aquel beso entre dos. Los rodeaba la multitud salvaje que caracteriza a Plaza Venezuela, las ganas de quedarse derrochaban por sus poros, lo sublime les tenía envidia, el tiempo no tuvo valor para detenerse y una explosión detonó en dicho roce de labios. Sin saberlo, aquellos amantes se complementaban en cada compás. El instante pasó como si fuese eterno, uno trataba de creerse que era una despedida, y el otro solo imaginaba una segunda parte. 

Capítulo VI: Confesión

Esa cruda noche fue testigo que nunca quise algo tanto como cuando te dejé ir, quería abandonar mi tren, regresar corriendo a buscarte y tomar el tuyo. 

Capítulo VII : Gracia

Me siento excesivamente cursi, de vez en cuando miserable y casi siempre orgullosa, a veces te imagino y me río de nosotros, me causa gracia los miedos, la falta de valentía, hasta las dudas que tanto odié parecen un chiste. Empiezo agarrarle cariño a extrañarte, cada día me vuelvo más arrogante, mi corazón pelea por salir de paseo a buscarte y finalmente mi mente afirma que lo mejor es callarse.

Capítulo VIII : Recuerdos

Aquellas salidas espontáneas, los tabacos compartidos, las aventuras rumbo a casa, la infinidad de trenes perdidos por besos intensos, los celestiales segundos que por cuestiones de peligro me agarrabas la mano, las carcajadas en el mueble, los instantes en tu cielo, la única que vez que osaste decirme te quiero al oído, tus expresiones y tus gestos mezclados con los míos, las discusiones sin sentido, la felicidad obviada cuando por instinto me abrazabas al dormir cada mañana, las propuestas indecentes que terminaban en sonrisas y buenas noches, todos los recuerdos pasan y se escapan por mi mente al mismo tiempo, rápidamente desordenados, pero es que ¿cómo prohibirle a mi mente que deje de pensarte, a mi cuerpo que deje de imitarte y a mis susurros que no griten tu nombre?

Capítulo IX : Descomposición

Estos días han sido oscuros, sonrisas fingidas y risas pasajeras, tristezas eternas y sentimientos como lombrices invaden mi cuerpo sin previo aviso, el recuerdo me carcome como polillas a la madera abandonada. Sin embargo, todo sigue, el tiempo jamás se detiene, ¿por qué habría de hacerlo? si posiblemente solo sea una brecha en el camino, algún punto y aparte o si tengo suerte seguido, un paréntesis de mi historia o hasta una fe de errata. 

Capítulo X: Admite

Admite que no te has ido, ni siquiera has avanzado, solo estamos quietos dándonos la espalda, mirando de reojo de vez en cuando y esperando que alguno de los dos se atreva a marcharse.

Capítulo XI: Admito

Admito que no te amo, tampoco creo estar del todo enamorada, solo sé que te quiero, aprendí hacerlo. Tu compañía y ocurrencias alegraban mis días sin yo siquiera darme cuenta y no puedes negar que la mía los tuyos, tus besos me sacaban de la rutina y nuestras escapadas eran como mis vacaciones. Tampoco te necesito, no me necesitas, pero si me haces falta, mucha, también te extraño, eso no sé si tú. 

Capítulo XII: Indudablemente

Lo que sí debemos admitir los dos es que nos hacíamos mejor, hubo complicidad, y sobre todo mucha debilidad al dejar entrar los miedos y dudas que se toparon en el camino, aferrándonos a ellos como si fuese la causa. 

Capítulo XIII: Fin

Tarde o temprano, 

pero sé que volverás

solo espero no haya cambiado la cerradura

no temas 

no van haber ataduras

aclararé todas tus dudas

con un beso

o quizás cien

saldrás ileso 

pero no me dejes aquí

esperando por tu regreso

ven

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 ✴ Volviendo a Steemit con un post diferente, "Algo breve" el relato epistolar en trece partes de aquel amor efímero  ✴ 

Completamente de mi autoría

" No quiero perderte, pero no te quedes junto a mí si la fuerza que te empuja no te impulsa a donde ya estuvimos, si tus pies no prefieren caminar en dirección hacia nosotros."  -Los amores imparables, Marwan