Literatura oriental en la antigüedad //Mesopotamia //Análisis
Escritura cuneiforme, fuente de imagen de dominio de Wikimedia Commons
Para los pueblos mesopotámicos su filosofía el origen del mundo es un resultado de la interacción de dos principios, el masculino, Apus, que dio nacimiento al firmamento y a las aguas, el principio femenino, Tiamat, la tierra, el barro primordial del que surgieron las criaturas, al comienzo monstruosas. De la unión de ambos principios nacieron los dioses; Anun, señor del cielo, Ea que regía las aguas, Enlil, divinidad de la tierra, en la práctica era este último el dios principal, ya que en sus dominios se localizaba y prosperaba el país de Sumer.
Evolución del ideograma ‘cabeza’, del 3000 al 1000 a. C., fuente imagen de dominio de Wikimedia Commons
El poema sumerio de la creación lo conocemos a través de una versión posterior e incompletas, en acadio, contienda en siete tablillas y tituladas Enuma elish, cronológicamente anterior es otro texto, más breve y muy incompleto, que narra el diluvio, que se abatió sobre Sumer, en el aparecen los dioses, que se nombran en el poema de la creación más otras divinidades, y en todo caso queda de manifiesto la importancia del agua, como dadora de vida en aquella cultura basadas en el regadío.
Muy poco es lo que se conserva de la literatura mesopotámica, que no tuvo una finalidad estética sino más bien de exaltación de la fe religiosa y del poder político, la obra más importante debe de remontarse al siglo XVIII a.c., son poemas de la creación y el poema de Gilgamés. El poema de la creación, que ha llegado hasta nosotros en siete tablilla de escritura cuneiforme, intente dar una explicación y ordenación del mundo, narra la lucha entre los dioses, con el triunfo del dios Marduk, que crea el cielo y la tierra, después modela al hombre con su sangre.
Se han observado puntos de contactos entre este poema y la narración bíblica, el Gilgamés es una especie de epopeya, cuyo protagonista es el rey de Uruk, un gran rey guerrero, que es en parte dios y en parte hombre, a la muerte de su amigo Enkidú, Gilgamés va en busca de un país maravilloso donde crece una planta que concede la inmortalidad, consigue la planta, pero se la arrebata una serpiente; el héroe sabe entonces que morirá, como lo demás hombres. El poema termina con un dialogo de esta con dialogo entre Gilgamés y el espectro Enkidú, una parte de esta obra ofrece un especial interés, se trata del poema del diluvio, que muestra ciertas semejanza con el pasaje bíblico de Noé.
Michalowski, Piotr (2004). «2. Sumerian». En R. D. Woodard. The Cambridge Encyclopedia of the World's Ancient Languages. Cambridge University Press. pp. 19-59. ISBN 0 521 56256 2.
Los orígenes de la escritura - Página 47 por Wayne M. Senner - 1992.
Mesopotamia - Página 26 por Julian Reade - 1998.
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