Esa lucecita roja (cuento)

Telepáticamente, sin dejar de mirarme, la lucecita roja de mi televisor se comunica conmigo. Me dice, no puedes dormir, ¿verdad? Me paro de la cama. Prendo la luz. Voy al baño. Vuelvo a mi cuarto, silbando un poco. Intento distraerme viendo hacia otra parte, pero descubro que la lucecita roja me sigue mirando. Para que deje de mirarme, enciendo el televisor. Le hago pistola cuando se apaga y pongo cualquier cosa que no voy a ver. Entonces, colgada desde la pared, me mira también la guitarra. Y luego me mira el ventilador. Me miran mis zapatos, parpadean. Todos están mirándome y yo les digo ya, está bien, qué es lo que quieren. Pero no uso la telepatía, se me olvida y les hablo en español y en esas va pasando alguien que me pregunta desde afuera ¿todo bien? Yo respondo "sí" pero telepáticamente, entonces vuelvo a decir "sí", esta vez en voz alta, y esa persona se aleja y yo les digo, telepáticamente, ¿si ve? Para evitar inconvenientes apago la luz y el televisor y me acuesto a dormir, ignorando del todo a la lucecita roja que sigue ahí de fastidiosa, mirándome. Voy a tener que regalarle una foto.