Construyendo el Camino al Éxito - Capítulo 2.

Antes de comenzar con este capítulo me gustaría agradecerles a todos los que comentaron e interactuaron en el post anterior y quiero disculparme por no poder responderles a todos por tener mis tiempos limitados.

Sin embargo, sí leí todos los comentarios hechos y quería aclararles que yo no estoy aquí para ser el dueño de la verdad, no hay una manera garantizada de llegar al éxito. Lo único que estoy haciendo es contarles mi historia y marcar puntos claves en mi vida que fueron cruciales para alcanzar eso que buscaba, la habilidad de poder elegir mi camino y compartirles algunas de las decisiones que me trajeron a este punto. Mi objetivo es que mi historia pueda inspirarlos y tal vez darles cierta dirección y ayuda para que no cometan errores que dificulten su crecimiento o peor aún los lleve a darse por vencido.

Continuando la historia…

Cuando tenía ya 13 años de edad empecé a tocar en muchos bares de Sao Paulo por las noches, eran otros tiempos y trabajar a esa edad no era considerado explotación de menores , igual esta era mi decisión, no fui forzado a hacerlo.
Hoy en Brasil está en contra de la ley trabajar antes de cumplir 16 y en algunos casos antes de los 18.

Pero volviendo al tema, era obvio que un adolescente de tan solo 13 años tocando en una banda con gente mucho mayor, al punto que podrían haber sido mis padres, atraía mucho público en los lugares que tocaba. Esto fue lo que despertó en mí el espíritu de emprendedor del que ya les había hablado en el primer capítulo. Empecé a observar muchas cosas alrededor mío, una de ellas fué el ver que cuando yo empezaba a tocar mi guitarra en un bar con muy poca gente, este se llenaba rápidamente y recuerdo a uno de los músicos haciéndome notar como un niño con una guitarra estaba atrayendo mucha atención a la escena de los bares.

Esto me llevó a entender que mi presencia estaba haciendo que los lugares donde tocaba hagan más dinero y también me llevó a tener una mejor posición a la hora de negociar una mejor compensación para mí. En mi cabeza pensaba: “ Si estoy aportando a las ganancias del lugar, yo merezco una parte de eso’’.

Empecé a negociar mejor mis honorarios con los dueños de los lugares, unos aceptaron y otros no pero en cualquier caso logré algo increíble con esa actitud. Mis ganancias crecieron en promedio un 50% y gracias a eso tenía que tocar en menos lugares para ganar la misma cantidad de dinero.

La mayor ganancia fue sin embargo el hecho de que esto me dió más tiempo para estudiar mi instrumento “la guitarra” y también empecé a tocar batería y bajo.

De esta parte de la historia puedo darles dos consejos.
1.- Tienen que poder ofrecerles al mercado algo que no tiene, tienen que ser diferentes, analizar el mercado en el que estás trabajando, dejar un poco sus prejuicios personales y abrir sus ojos. Lo que define las reglas es el mercado y tienen que poder adaptarse a esto si es que quieren sobresalir y ser exitosos en su área.

2.- Aprendan a negociar el valor de su trabajo. Yo se que esto puede ser difícil pero les quiero dejar un pensamiento para que lleven con ustedes.
“ El NO que tienen ya está automatizado sin que muevan un dedo, empiecen a actuar y se darán cuenta que después de un par de intentos fallidos encontrarán su primer SI’’. Otra cosa que noté en la escena de la música es que muchos músicos tenían la actitud errónea y se manejaban de manera incorrecta con su trabajo. Esas actitudes que llevan a beber en el trabajo, ser promiscuo, usar drogas y aunque tan solo tenía 13 años en ese entonces era muy claro entender que a pesar de que ellos se quejaban de su situación de vida, esta era la consecuencia directa de sus actitudes y acciones. Siempre que les hablé obtuve la misma respuesta : “ Eres demasiado joven, vas a pensar diferente cuando llegues a mi edad”.

Esta es otra regla por la que vivo hoy en día y a pesar de que en ese tiempo no era tan obvia a medida que fui creciendo se volvió más aparente.
“No pierdas tu tiempo con aquel que no quiera escuchar, no puedes cambiar a alguien que ha decidido tapar sus oídos y solo escucharse a sí mismo”.

Otra regla bajo la que vivo:

Siempre busca en tu campo de trabajo a lo que yo llamo “La Tribu de la Buena Intención”.

¿Quiénes son las personas de esta tribu?
Personas positivas que no se quejan de la vida constantemente, personas que no usan drogas o beben en exceso. Las personas de este grupo te ayudan a crecer, no te juzgan, no te sofocan, no te inculcan malos hábitos, no son celosas, quieren tu éxito, entienden tu visión, se inspiran contigo y fué encontrando a esta tribu que encontré la ayuda que necesitaba para crecer en mi vida.

Lamentablemente vi ciertos comentarios negativos en mi capítulo anterior y lamento mucho que se sientan de esta manera, yo simplemente estoy contando una historia en “mi blog”. Si esto puede ayudar a alguien, tal vez inspirar o enseñar algo estoy logrando mi cometido. Si no están de acuerdo, lo entiendo perfectamente pero creo que esta bien dejar que otros disfruten de lo que estoy compartiendo. Estoy usando mi tiempo con buena intención y eso es algo valioso y creo que todos tenemos que aprender a valorarlo.
“Si no valoras el tiempo de los demás, ¿Cómo esperas que los otros valoren el tuyo?”.

Voy a dejarles una frase más por la cual vivo y aprendí durante mi carrera profesional.
“Si no tienes nada bueno que decir, nada que agregue valor a algo o a alguien, es mejor mantenerte en silencio”.

Con esto cierro mi segundo capítulo esperando haya tenido algo de valor para todos ustedes.

Un gran saludo, muchos éxitos para todos.

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