Letras a media noche
Ahora las medias noches parecen nubladas por tu presencia. Ha pasado mucho tiempo desde que no dejo de pensar en ti y se me hacen cada vez más largas las horas, los ojos me arden y la consciencia me pesa cuando en la madrugada despierto y aquella masacre de sentimientos sigue goteando de rojo en mi cabeza.
Muchas noches sin dormir y extensos días con imágenes vivas de mil corazones y otros más rotos.
Me hundo en la claridad de melodías que acompañan mi pensar, pero no son suficientes para abarcar el espacio que tu ausencia dejó en mi alma.
A estas alturas aún creo que pasó demasiado rápido y que por eso estoy tan por debajo de toda situación. Por eso ya no actúo como antes, y por eso los cortes con papel no duelen tanto.
Traté de ponerle puntos negros a tu nombre, dibujarle agujas a sus letras, porque ya eras peligroso para mí. Porque hacías que cada sentimiento fuera peor que el anterior. Pero por más que intentaba sin éxito tachar tu nombre, más se adentraba el mío en una inmensa oscuridad de la cual a día de hoy no he podido liberarme.
Quizás el día de mañana te recuerde como algo que pasó por mi vida para hacerme feliz por ratos, y que todas las penas valieron la pena; sin embargo, las palabras no me alcanzan para decir lo mucho que actualmente te odio.
Lamento haber dado tanto de mí, lamento que hubieras sido el que yo elegí.
Fui mi propio verdugo y aún intento escaparme de él.